Recuerdo que llegué a casa llorando como si hubiese visto morir a alguien o como si hubiera visto un fantasma. Lloraba esmorecida, mi pecho me dolía y quería que mi madre me abrazara y me dijera que todo iba a salir bien y ahí sin decir nada, estaba mi madre bajando las escaleras y me abrazó sin pronunciar palabra. Ella sabía de sobra a qué era debido mi llanto y mi dolor de pecho. Era tan doloroso que no quería volver a pasar por ello, ni quería que nadie pasara una situación así, nunca. Por una parte me sentí orgullosa de mi comportamiento al decirle que era mejor parar y seguir a delante, pero ahora ¿cómo debía verlo a los ojos?. Esta vez me resultaría muy difícil verlo, hablarle o saber de él. Di las gracias a que empezaron las vacaciones y así podría evitarlo.
Al día siguiente me desperté al medio día después de tanto llorar en la madrugada. Mi madre no me despertó ni para ayudarla en casa, ni para mandarme a comprar o para comer. Supongo que entendía que mi estado de ánimo estaría por los suelos como aquella vez en la que terminé con Pablo, por eso no quiso molestarme. Ciertamente, no tenía ganas de levantarme de la cama, pero volver a preocupar a mis padres por mis bajones sentimentales estaba mal. Había aprobado selectividad, conseguí entrar en la universidad que quería, mis amigas querían quedar para hacer miles de cosas en verano ya que en el transcurso del curso no pudimos y no me faltaba de nada. Así que, me animé y aunque era cierto que estaba demasiado deprimida, tenía que intentarlo y seguir adelante, seguía viva. Salí de mi habitación en busca de algún alimento que pudiese saciar mi hambre y por suerte lo encontré; Mi madre había hecho de comer lentejas y me había dejado mi plato dentro del microondas y aunque no es una de mis comidas favoritas, me las comí sin rechistar. En ese mismo instante en el que puse mi plato en el fregadero, mi hermano mayor, Cristian, entró por las puertas trayendo consigo un montón de bolsas de la compra , mientras que mi madre y mi hermano Luisito ,que venían detrás, iban igual de cargados que él. Habían ido a comprar comida para la semana y se sorprendieron todos al verme en la cocina porque pensaban que seguramente ese día no saldría de mi habitación. Sentía pena por ellos por preocuparse tanto por mí. Mi hermano mayor se sentía mal por no actuar como tal, así que me comentó de irme con él al cine y cenar fuera de casa , ya que sentía que hacía tiempo que no pasaba tiempo conmigo y que si no se daba prisa , pronto me iría de casa a estudiar a Madrid. No dudé en aceptar, por lo que más tarde a la noche me arreglé y salí con mi hermano. Todo iba perfecto, no paraba de reír por culpa de mi hermano quien te hacía reír con cada una de sus tonterías, a pesar de ello, me trató como una señorita mientras presumía a la gente de que iba conmigo. Me dijo que se sentía muy orgulloso de mi porque a diferencia de él, quien abandonaba a la primera, yo seguía luchando por lo que quería hacer y lo valoraba. Me dijo que debía ser fuerte porque peores cosas me pasarían y que me vería sola, así que , tenía que prepararme para afrontarlo sola, que él estaría conmigo en lo que hiciera falta , pero que no siempre tendría la ocasión de estar junto a mí.
Tenía razón, yo solía ser muy sentimental y cerrada de mente, porque no veía que había más posibilidades de ser feliz y que habría más personas a parte de Daniel que entrarían en mi vida y que no todo giraría en torno a él. Así que, pensándolo de esa manera, tenerlo como un amigo era lo mejor. Me sentía muy agradecida hacia él por estar en cada uno de mis recuerdos y que yo esté en cada uno de ellos, porque si no fuese gracias a su ayuda, me hubiese costado mucho el relacionarme con otras personas, ya que, solía ser muy tímida y no solía decir lo que pensaba. Pero todo eso ya terminó. Desde ese mismo momento, la nueva Clara aparecería y sería sincera con ella misma y con los demás y como dijo mi hermano, había otras cosas en mi vida las cuales quería alcanzar. Me propuse que me convertiría en una gran cirujana y poder salvar a personas como lo hicieron con mi abuelo. El amor…¿ se lo dejaría al destino?. No sé, el caso es que, de alguna manera, mi visión del mundo dio la vuelta completamente, quizás fue debido al cansancio de tanto sufrimiento y el verme sola, sin siquiera un poco de autoestima, por lo que, esta vez, a diferencia de las otras ocasiones, no me sentía tan mal.
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Confiaré en ti ¡sí o sí!
RomanceClara es una chica que para encontrar el amor verdadero, tendrá que superar varias barreras en las que aprenderá a valorar la amistad, la felicidad y la vida, pero sobre todo el amor. ¿Qué historias nos tendrá que contar?