Capítulo 1: Mirada escondida

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Emma

Me llamo Emma Johnson, soy estudiante universitaria de literatura y ahora mismo estoy escribiendo mi diario, tengo muchos de ellos desde que mi memoria alcanza, como diría mi padre nací con un bolígrafo y un bloc de notas bajo el brazo. Tengo una vida normal, vivo en Nueva York desde hace 3 años y estoy en el último curso de carrera. Vivo con mi buen amigo Eric Jackson al que conocí nada más llegar a la ciudad, si no hubiese sido por él, me hubieran robado solo bajar del avión. Es mi gran oso, como el hermano mayor que siempre quise tener. Debo reconocer que soy una chica bastante solitaria y me suelo dejar llevar por los libros así que tengo pocos amigos, la gente que lea esto pensara ¿enserio tienes amigos? Pues sí, mi mejor amiga se llama Nadia y estudia diseño de modas, sabe que odio las compras pero por algún motivo soy su inspiración, dice que le encanta mi cuerpo y mi pelo largo y castaño es perfecto. Por verla feliz la dejo hacer conmigo lo que quiera. La veo bastante a menudo ya que tiene que trabajar para poder pagar sus estudios y trabaja en un bar que está cerca de mi casa. El bar se llama Black and White y suelo ir allí cuando ella necesita ayuda con los deberes que es muy a menudo. Según ella, lo suyo es la ropa no el bolígrafo por eso la ayudo sin ningún tipo de problema. Las noches que voy a ayudarla aprovecho para ver tocar al grupo de mi amigo Samuel Taylor, también he escrito algunas de sus canciones porque él mismo me lo ha pedido y según Eric, él quiere algo más pero no estoy interesada en ese tipo de relación. Lo único que deseo es meterme de lleno en el mundo de los libros, ese es mi sueño. Los príncipes no existen y yo no soy una princesa, soy una chica normal que disfruta con las cosas pequeñas de la vida y que prefiero sonreír aunque se la persona más patosa del planeta. Buenas noches diario, hasta la próxima.

Una vez escrito todo esto, cierro mi diario y miro el reloj. No lo puedo creer, son las 11 de la noche y Nadia me estará esperando para hacer los deberes. Sin duda me torturara con un día entero de compras por llegar tarde. Cojo mi bolso y los libros con los apuntes que vamos a necesitar y salgo disparada de casa, no puedo llegar más tarde. Si Eric supiera que he salido a estas horas me mataría. Por suerte hoy le tocaba entrenar hasta tarde, mi fortachón se mantiene en forma.

Por fin llego a Black and White y de inmediato veo a Nadia detrás de la barra, me acerco esperando que no esté muy molesta. Y para mi gran mala suerte, así es, mi amiga está molesta, o sería más acertada la palabra cabreada.

-Hola Nadia, siento llegar tarde me he entretenido pero ya estoy aquí, ¿nos ponemos con los deberes?- no compartimos las mismas clases ni asignaturas pero yo la ayudo con las suyas y ella lee mis relatos y me da su opinión, se puede considerar un trabajo en equipo.

-Hola Emma, hoy no vamos a poder hacer mucho, Jessica no ha aparecido y yo tengo que hacerme cargo de todo esto, justamente hoy viernes. Cuando la vea se va a enterar de quien es Nadia la mejor futura diseñadora del planeta- dice mi amiga entre enojada y satisfecha.

-¿Necesitas ayuda? Puedo sacrificarme una noche y ponerme detrás de la barra- me ofrezco viendo como Samuel terminaba de alistar los instrumentos de su grupo y se acercaba dispuesto a entablar conversación, no es que no me guste hablar con él pero desde hace unos meses se acerca demasiado. Nadia sigue con la mirada mis ojos y capta el mensaje al momento.

-Está bien Emma, voy a necesitar ayuda esta noche- me entrega una camiseta del local y me dirijo a la parte trasera para poder cambiarme y dejar mis cosas, esta noche sería larga.

Mientras estoy sirviendo copas a completos desconocidos tengo la sensación de que alguien me está mirando aunque hay tanta gente que no puedo distinguir a nadie con claridad.

Alan

Todavía no me explico como el importante Alan Anderson está ahora mismo sentado en una mesa de un bar que no sabría definir la clase pero seguro que alta no es. Realmente sí que se porque estoy aquí, para molestar a su dueño Jared. Es mi rival en los negocios y siempre que puedo me gusta joderle. Nunca antes había venido aquí, el nombre debo reconocer que jamás hubiera llamado mi atención; "Black and White", me parece un nombre común al igual que la gente que esta aquí. Por algún motivo a mi mano derecha, Cristian, le gusta venir a este bar de mala muerte, tiene unos gustos bastante extraños debo admitir. Llevo aquí sentado desde las 12 de la noche y estoy arto, quiero largarme a mi ático en la mejor zona de Nueva York que para eso soy el dueño de esta ciudad le pese a quién le pese. Me decido y me levanto para salir de aquí cuando unos ojos profundos como el agua de un manantial y cálidos como miel llaman mi atención. Son de un color verde muy profundo con unos ligeros toques dorados. Algo único. Pertenecen a una chica castaña que se encuentra detrás de la barra, nunca la había visto aunque nunca había ido allí así que es lógico.

-¿Quién es?- suelto la pregunta sin pensarlo ni un momento, veo a Cristian mirar en mi misma dirección. Se ha quedado pálido, no creo haber hecho ninguna pregunta extraña.

-¿La chica del pelo corto?- dice tartamudeando, ¿qué le ocurre a este hombre?

-No, la chica del pelo castaño y largo, la de los ojos verdes- está bien ahora me doy cuenta de que estoy mirando demasiado fijamente a la castaña, puede darse cuenta y solo es una cría. No sé porque la miro tanto.

-Nunca la había visto Alan, ¿algún interés especial?- pregunta mi amigo con una sonrisa burlona.

-Ninguno, me largo de aquí, estoy arto. Nos vemos mañana- me levanto y me voy no sin antes dar un último vistazo a la castaña de ojos únicos, me siento molesto por el hecho de que no me haya mirando ni una vez, cálmate Anderson, solo es una niña que no te afecte.

Por fin, fuera del lugar subo a mi coche y me siento reconfortado. Pocas veces tengo el placer de conducir mi mercedes preferido y esta es una de esas veces. Aprovecho para disfrutarlo y disfrutar del sentimiento de libertad que esto me proporciona, sin chofer ni guardaespaldas aunque los necesito pero ahora mismo no.

Cuando miro el reloj del coche me doy cuenta que llevo 4 horas al volante y será mejor que vuelva a casa, mañana tengo negocios que atender. De repente algo llama mi atención y veo a una chica cargada con libros que los carga con dificultad, reduzco la velocidad por alguna extraña razón que no consigo entender y veo que es ella, mi castaña, la de los ojos verdes y dorados alrededor de la pupila. Mi cabeza me empieza a estorbar, ¿Por qué demonios he pensado en esa chica como MI castaña?

Con solo una mirada conquistaste mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora