Capítulo 33: Tus ojos a la luz de las velas

7.4K 498 11
                                    

Emma

Me he quedado de piedra, no sé qué hacer. Me ha visto así que es demasiado tarde para esconderme dentro del probador y no veo a Nadia. ¿Dónde se habrá metido esta mujer?

Meterme otra vez en el probador será lo mejor pero cuando intento correr la cortina una mano fuerte me lo impide. Sin necesidad de alzar la mirada sé quién es el dueño de esta mano.

-Vaya, no esperaba verte aquí- dice su gruesa voz, no tiene nada que ver con la de Alan que a mis oídos es la voz más dulce del mundo.

-Yo tampoco, ahora si me perdonas...- le miro fijamente a los ojos, no le tengo miedo aunque me incomoda muchísimo. Eso no lo puedo negar.

-Lo siento, luego podríamos hablar. Creo que tengo algunas cosas que contarte- dice con una sonrisa que no me da muy buenas vibraciones como diría Nadia. No es una sonrisa sincera, sino todo lo contrario. Es siniestra.

-Estoy con una amiga, no creo que eso sea posible- intento zafarme de estar asolas con él. No es algo para lo que esté preparada. Y no quiero ni pensar en que ocurriría si Alan se llegara a enterar.

-Tengo todo el tiempo del mundo- dice sin apartar su mirada de mí. Parece que esto será mucho más difícil de lo que yo pensaba. No me podré librar de él tan fácilmente. Es insistente. Demasiado para mi gusto.

-Bueno, ahora mismo quiero cambiarme- le sonrío intentando hacerle creer que confío en él. Es la única manera que se me ocurre para conseguir un poco de tiempo.

Por fin puedo correr la cortina del probador y me cambio de ropa lo más lentamente posible de lo que soy capaz. Mientras le mando un mensaje a Nadia. Necesito que aparezca aquí ahora mismo.

-¿Emma?- suspiro enormemente al escuchar la voz de Nadia. Jamás me había alegrado tanto de escucharla.

Decido dejar la ropa y salir de allí lo antes posible. Espero que Nadia no haya confundido a Ian con Alan. Pero no puedo disimular mi cara de sorpresa cuando salgo del probador y veo a Nadia sola. ¿Me he librado de Ian? Una enorme sonrisa aparece en mi cara y veo como Nadia me mira algo extrañada. No entiende lo que está sucediendo.

-¿Qué ocurre Emma?- pregunta mirándome a los ojos directamente.

-Vámonos Nadia, luego te lo cuento- la tomo de la mano y salimos de la tienda a toda prisa.

Sigo pensando que he tenido demasiada suerte al poder escapar de Ian.

Sin esperarlo, siento como alguien me toma del brazo y tira de mí hacia atrás. Al mismo tiempo yo tiro de Nadia, me niego a soltarla. Pero mi cara debe ser un poema cuando veo quién es la persona que ha tirado de mi brazo. Demasiada suerte pensaba que tenía pero toda esperanza de escapar se desvanece cuando veo a Ian.

-Que sorpresa Alan- Nadia está convencida de que es Alan. No he tenido tiempo para contarle que son exactamente iguales porque supongo que Cristian le ha contado del hermano de Alan.

-Me gustaría estar asolas con Emma, ¿te importaría?- pregunta Ian a Nadia mirándola directamente a los ojos, como si se conociesen de toda la vida. Es normal que Nadia crea que es Alan. Y la rabia empieza a invadirme por completo.

¿Cómo puede hacerse pasar por Alan sin ningún tipo de remordimiento? Este hombre no tiene límites y yo no me quiero quedar sola con él.

-Claro, os dejo solos. Luego nos vemos- Nadia se va y me deja sola con Ian. Ha conseguido engañarla y no sé qué esperar de él.

-Vamos a un lugar más tranquilo Emma- dice con todo el descaro y una sonrisa triunfadora en su rostro. Siento un enorme deseo de partirle la cara.

Con solo una mirada conquistaste mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora