Capítulo 37: La luz de mi vida

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Alan

Por fin puedo mirar los ojos de Emma, la he extrañado como un loco. Aprieto su mano cuando veo las lágrimas correr por su rostro. E intento poner mi mejor sonrisa para que sepa que estoy bien.

-Emma- me sorprendo a mí mismo cuando escucho mi voz. Es apenas audible pero sé que me ha escuchado. Me abraza con cuidado y yo aspiro el maravilloso aroma de su pelo. La veo más delgada y sé por lo que he escuchado que no ha comido bien. Estoy preocupado por ella.

-Esto es genial, voy a avisar a Gabriel- Cristian está también sonriente y sale a buscar a ¿mi padre? No sé cómo reaccionar ante esto pero de momento me concentro en el contacto con Emma.

-¿Estás bien? Alan por dios, me diste un susto de muerte. Pensé... pensé- un sollozo le impide terminar de decirme lo que quiere aunque me hago una ligera idea. Acaricio su rostro y su pelo tirando suavemente de ella. Necesito sentir contacto entre nosotros, sentir su cuerpo pegado al mío y su corazón latiendo de manera desenfrenada.

Cierro los ojos y me concentro en su corazón, su respiración y en que ahora solo quiero una vida a su lado. Sin problemas, sin amenazas, sin que estemos en peligro. Quiero despertar a su lado, poderla besar y envolverla fuerte entre mis brazos. No la dejare sola nunca más.

Oigo como la puerta de la habitación abrirse. Abro los ojos y ahí está, mi padre. La arruga de su frente que siempre está cuando la preocupación le invade desaparece rápidamente cuando me mira a los ojos. Y una sonrisa surca por las comisuras de sus labios.

-Has dormido mucho tiempo, no creo que tengas sueño- está bromeando conmigo, le conozco y aunque nuestro último encuentro no fue el mejor él sigue siendo mi padre.

Es extraño pero no puedo guardarle rencor, ahora mismo solo pienso en amor, el amor que siento por Emma, todo lo que ella ha despertado en mí. En mi interior ya no hay lugar para el odio o el rencor. Ella ha llenado de luz mi vida y si quiero ser feliz necesito sacar todas las cosas malas que llevo dentro.

-La verdad es que tengo ganas de salir de aquí y correr o al menos moverme- digo mirando a mi padre mientras Emma se separa lentamente de mí pero sin soltar mi mano.

-Bueno eso es una buena noticia porque significa que te sientes bien. Pero tengo que revisarte. Emma, ¿te importaría dejarnos unos minutos?- sé que ella no lo quiere hacer pero nos mira a ambos y al final asiente. Me da un tierno beso en los labios que me sabe a gloria y cierra la puerta detrás de ella.

Miro a mi padre que se acerca hacia mí y empieza a revisarme. Ambos estamos en silencio pero no es algo incómodo. Creo que ninguno tiene nada que decir aunque tal vez yo sí deba decir algo. Tomo aire para empezar, necesito sacarlo de dentro.

-Lo siento- veo como mi padre se detiene y me mira a los ojos. Sus ojos azules saben porque lo estoy diciendo y no veo reproche en ellos.

-Alan, no creo que las cosas pudieran haber acabado mejor. Realmente creo que los que deberíamos disculparse contigo somos tu madre y yo. Ian nos hizo creer una cosa y nosotros lo creímos. Alina lo ha pasado mal todos estos años sin saber de ti. Eres nuestro hijo y los que te fallamos fuimos nosotros. Ojalá algún día nos puedas perdonar- pienso en mi madre. Ella siempre ha sido buena conmigo y yo la adoro a pesar de todo por lo que hemos pasado.

-Quiero hablar con ella- mi padre me sonríe.

-Cuando termine le diré que pase- eso me deja bastante sorprendido porque no esperé que estuviera aquí. Sé que ha estado viniendo pero no sabía que tan seguido.

-Vale, pero siento lo de Ian- he matado a mi hermano, sin duda él hubiese matado a Emma pero eso debe ser doloroso para mis padres.

-Alan, él hacía mucho tiempo que nos habíamos dado cuenta el tipo de persona que era. Siempre te envidió e intentó perjudicarte de tantas formas. Aun así, era nuestro hijo. Hablamos con él y estaba cegado, quería ser tú. Ahora él está en paz y no pudo hacerle daño a Emma por suerte.-cuando menciona a Emma se le iluminan los ojos. Sin duda ella se ha ganado el corazón de mis padres. Es buena y yo espero estar a la altura y ser el hombre que ella se merece.

Con solo una mirada conquistaste mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora