Capitulo 28: Verdades

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Emma

Siento la calidez de Alan bajo mi cuerpo. El latido de su corazón retumba bajo mi oído izquierdo. Hundo la nariz en su pecho aspirando su aroma. Es un aroma único y que reconocería en cualquier parte. Es el aroma de Alan. Ese que con tan solo sentirlo se me erizan todos los vellos de mi cuerpo y mi corazón amenaza con salir disparado por mi boca. Mis labios le extrañan sino le tengo cerca y mis manos se mueren por tocarle. Huele a cielo, bueno realmente no puedo afirmar eso porque ¿a qué huele el cielo? No lo sé, pero para mí, estar con Alan es mejor que estar en el cielo. Él es mi mundo, mi cielo, mi vida entera y no voy a dejar que se me escape de las manos. Mi corazón depende de él y eso nadie lo cambiara jamás porque Alan también me ama con locura.

Pensar en eso hace que una sonrisa bobalicona aparezca en mi rostro, me siento más feliz que una perdiz, aunque sea de locos después de todo lo ocurrido esta mañana. Decido apartar de mi mente esos sucesos de inmediato y disfrutar del momento.

Alan está recostado en la cama y yo estoy abrazada a él, aunque el término correcto sería pegada, estoy literalmente pegada a él. Mi cabeza en su duro torso y sus manos recorriendo mi espalda desnuda. Trazando círculos con las yemas de sus dedos sobre mi columna vertebral. Haciendo que todas mis terminaciones nerviosas despierten al entrar en contacto nuestras pieles. Ninguno de los dos se ha movido, simplemente nos hemos acomodado. Ambos desnudos, satisfechos y cubiertos por una sábana blanca y una gran dosis de caricias, arrumacos y mimos.

Alan no ha dicho nada y yo tampoco, estamos en una burbuja de tranquilidad, paz y amor, en especial, mucho amor.

Estos son los momentos que adoro, donde solamente somos una pareja que se ama de manera incondicional. Yo le amo y él a mí, me lo ha dicho muchas veces. Aunque con él me siento desnuda, no solo en estos momentos que sí que lo estoy, sino en todo momento. Alan conoce mi historia, todo mi pasado y yo solo quiero ser su futuro. Siento como su pecho se levanta y suspira. A regañadientes separo mi cabeza de su torso y le miro directamente a los ojos, esos ojos verdes que me tienen loca y me cortan la respiración cada vez que nos miramos y nos decimos lo que sentimos solamente con una mirada. Necesito saber lo que pasa por su mente. Sus ojos verdes me miran decididos, por lo que le conozco, Alan ha tomado una decisión. Sea lo que sea, está decidido a hacerlo y eso me pone nerviosa porque no sé que pretende hacer. Simplemente, en estos momentos, no sé que esperar de Alan.

Alan

Con Emma abrazada a mi cuerpo siento tranquilidad, estoy con la mujer que amo después de haber compartido con ella caricias, besos, pequeños pero eróticos mordiscos y amor. Pero siento que algo me frena, debería sentirme feliz y en parte lo estoy; pero no del todo. Sé que es lo que no me deja ser plenamente feliz con la única mujer que amo y he amado en mi vida; mi pasado.

Nadie ha escuchado nunca mi historia, muchos saben lo ocurrido hace unos años pero nunca nadie me ha escuchado. Mi versión es la desconocida, no soy una víctima sino el culpable. Así es como los que saben lo ocurrido me ven. Lo que yo sentí sigue guardado en mi interior, ansioso por salir, porque alguien me entienda y escuche.

Acaricio con ternura la espalda de Emma, es tan cálida... y es toda mía. Tal vez, si dejo que todo lo que llevo años guardando salga de mí, ahora que estoy con Emma, me sienta libre y preparado para abrir una nueva etapa en mi vida. Sé que ella es la única que no me juzgará porque me ama. Debo contárselo para que con su luz me saque de esta oscuridad.

Cierro los ojos y aspiro el aroma de Emma, de mi boca escapa un suspiro y siento como separa su cabeza de mi pecho. Me mira directamente a los ojos, su mirada se mete dentro de mí y en este preciso momento tomo la decisión que lo supondrá todo; supondrá el comienzo o el final, que mi corazón siga latiendo o que yo mismo lo pare. Tengo que contárselo a Emma, sin guardar ningún detalle, dejar que este peso que llevo conmigo salga y deje de asfixiarme. Quiero y necesito ser libre porque voy a hacer feliz a esta mujer, ese va a ser mi propósito en la vida.

Con solo una mirada conquistaste mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora