Con solo una mirada conquistaste mi corazón

Capitulo 14: No me alejes

Emma

No puedo reaccionar, soy como una muñeca a la que manejan a su antojo. No puedo despegar los pies del suelo y es el tal Cristian el que me mueve. Me dirige hacía un coche negro y me mete en el asiento del copiloto.

Miro hacia la casa por última vez, todavía tengo la esperanza de que Alan salga a buscarme o a pedirme que me quede a su lado, pero no lo hace.

Resignada y con las lagrimas asomando por mis ojos, me encojo en el asiento del copiloto subiendo las piernas al asiento y abrazándome todo lo que puedo a ellas. Mi cuerpo ahora mismo es mi único refugio y sé que cuando llegue a casa me voy a derrumbar. Solo espero que Eric no esté ahí cuando eso ocurra, odia ver como alguien llora y sobretodo, odia que ese alguien sea yo. Es un gran oso sentimental. Y le adoro, creo que es el único chico en el que puedo confiar, nunca me fallará y eso me hace sentirme bien. Aunque sé que jamás podré olvidar a Alan, soy consciente de que debo hacerlo.

El castaño que va a mi lado pone música a un volumen muy bajo, casi no la oigo y creo que lo ha hecho para intentar calmarme, no le conozco pero agradezco su gesto. Parece un buen chico. No le miro porque no quiero su compasión ni establecer una conversación que sería incómoda para ambos, solo quiero sumirme en el silencio y derrumbarme sola en casa.

Siento los ojos marrones del chico llamado Cristian, clavándose en mí como espadas. Al final le oigo suspirar y se decide a hablar.

-No te lo tomes a mal, Alan es muy cerrado- dice intentando que no rompa a llorar en su coche, le agradezco el gesto pero no respondo. Parece que ha decidido callar cuando de repente, me sorprende con unas palabras que no esperaba.

-Alan no deja a nadie entrar en su corazón, no creas que no tiene, solamente prefiere tenerlo bajo llave y se esconde tras su caparazón de hombre frío sin sentimientos porque una vez dejo a alguien entrar en su corazón y le hizo pedazos- esas palabras me toman por sorpresa y ver a Alan como alguien herido no era algo que yo me hubiera planteado. Aunque sabía que él escondía algo en su pasado por cómo reaccionó cuando me descubrió en su despacho.

-Bueno, me ha dejado claro que no quiere dejarme entrar así que será mejor que cumpla con lo que él me ha pedido y me aleje de él. Así ambos volveremos a la normalidad- decir aquellas palabras en voz alta me dolió, me dolió más de lo que podría imaginar. Si seguimos con esta conversación no creo poder mantener más a raya mis lágrimas y no quiero parecer débil ante este chico que me está quedando claro que es amigo de Alan, lo noto por como habla de él, porque le conocer mucho mejor que yo.

-No creas todo lo que él diga cuando está enfadado. Le conozco, la vida hizo que nuestros caminos se cruzaran y le debo mucho a Alan, conozco la clase de hombre que es y créeme, aunque ahora mismo te parezca un monstruo es un tío con un gran corazón solo tienes que llegar hasta él- cuando dice eso me doy cuenta de que el coche se ha detenido y estoy frente a mi edificio. No le he dicho a este chico dónde vivo pero él lo ha sabido, supongo que Alan en algún momento se lo dijo pero eso ahora no me importa. Me giro hacía él para poder verle la cara y agradecerle haberme llevado a casa. Y me encuentro con sus ojos marrones y profundos mirándome fijamente.

-Sinceramente y aunque no te conozco, he visto como mi amigo te mira, cómo se comporta cuando está a tu alrededor y créeme, si alguien puede llegar a su corazón, esa eres tú. No me decepciones y no te rindas, es un cabezón pero sabe reconocer lo bueno cuando lo tiene enfrente- me dedica una sonrisa que me da tranquilidad y suspiro sintiendo como mi cuerpo se siente cansado y exhausto.

-Gracias por todo, enserio me ha hecho bien que intentaras que no me sintiera tan mal- intento sonreír pero no puedo. Pongo mi mano en la puerta del coche para salir pero siento que el chico castaño me coge por el otro brazo. Le encaró para saber que quiere y me deja descolocada. Mirándome con sus ojos marrones y penetrantes que parecen poder mirar en mi interior.