Capitulo 9: Miedo

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Emma

Sé que hay algo que le ronda por la cabeza a Alan desde que hemos llegado a la playa. No estoy segura de lo que es pero no puede ser tan malo. Aunque a estas alturas, aún conociéndolo desde hace poco, no creo poder alejarme de él. Quizás sea algún secreto que aún no está preparado para contarme pero esperare pacientemente.

Se levanta de la arena levantándome con él. Deja suavemente que mis pies toquen el suelo y se apodera con sus manos de mi rostro. Me encanta estar así de cerca. Me siento segura y protegida. Y eso nunca lo he sentido.

Una sonrisa curva mis labios y veo como él mira intensamente mis labios esperando ansiosa por un beso. Sé que quiere besarme, pero no lo hace. Solamente mira mis labios y después mis ojos. No me besa. Con un suspiro se aleja unos pasos de mí y coge mi mano. Siento ganas de llorar pero hace bastante que no lo hago, desde ese día que mi padre y yo nos quedamos solos. Muchas veces siento que he abandonado a mi padre pero él siempre ha sido solitario y lo lleva mejor que yo. Solamente Eric fue capaz de ayudarme en esos momentos. Siempre estaré agradecida con él, cuando pienso en que es como mi hermano se me encoge el corazón. Muchas veces lo digo pero intento no pensar en ello, no me importa pensar en él como mi hermano mayor. Pero la palabra hermano tiene un significado diferente para mí.

Decido que es el momento de dejar de pensar en todo lo que he pasado y enfocarme en el presente, en ahora, en que estoy con Alan. Y no quiero desperdiciar ni un solo instante de su compañía.

Andamos hacia el lado opuesto del mar, tenemos que comer. Nos paramos frente a un pequeño restaurante y entramos. Me doy cuenta desde la mesa en la que estamos sentados que las vistas hacia el mar son increíbles y no puedo apartar mi vista del agua hasta que siento su cálida mano sobre la mía. Me está mirando fijamente y siento que puede ver mi alma pero yo no puedo mirar más allá de su coraza.

-¿Estás bien? Te noto callada desde hace un rato- pregunta y en este momento me siento mal, he dejado que mi mente liberara algunos pequeños recuerdos que había enterrado para nunca más liberar. Debo olvidar ciertas cosas aunque cueste.

-Estoy bien, solo estoy admirando las vistas que son increíbles- sonrío aunque sé que todavía no está del todo convencido. Así que me inclino un poco tomando la iniciativa y le beso. Por su sonrisa sé que le ha gustado el beso y decide dejarlo pasar.

Comemos tranquilamente hablando un poco de todo sin profundizar demasiado, él no quiere hablar mucho sobre su vida y eso me deja más intrigada. Es un hombre que no consigo descifrar aunque me muera de ganas por hacerlo.

-¿Y qué hay de tu empresa? ¿Es algo familiar?- pregunto queriendo saber más de él y sabiendo que le estoy manteniendo alejado de sus obligaciones que no deben de ser pocas. Veo que se pone tenso y no creo haber dicho nada malo.

-No, es algo únicamente mío pero no te quiero aburrir, tú eres más interesante- es un genio cambiando de temas, eso se lo voy a conceder.- ¿Por qué estudias literatura?- vaya esta conversación parece que solo va a centrarse en mí.

-Escribir me permite expresar como me siento sin temor y leer me lleva a otro mundo, y me alejo de mis pensamientos y de la realidad durante un tiempo. Me da paz- esto último a sonado raro y nunca lo había admitido ante nadie, aunque Alan no era nadie. Acaricia mi mano con la suya sobre la mesa.

Veo en su rostro una mirada de ternura que jamás antes había visto. De pena y lastima sí que había visto muchas veces, pero no de ternura. No se compadece ni se ríe de mí, me entiende y entonces siento que tal vez él también necesite algo de paz.

Terminamos de comer y él mira el reloj, sé que pronto nos iremos y eso me pone triste aunque debo hacerme a la idea. No puedo cerrar mi boca antes de darme cuenta que he expresado en voz alta mis pensamientos.

Con solo una mirada conquistaste mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora