Capitulo 23: Recuerdos oscuros

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Alan

No puedo creer lo que me ha dicho Emma, estoy enfadado, más que enfadado estoy que echo humo. Nadie nunca me ha hablado así y me molesta que sea ella la que lo haga. No quiero a nadie que pueda dañarla cerca de ella pero Emma es muy cabezona. Y me ha retado, por eso no paso.

Reacciono y la alcanzo, la tomo del brazo y hago que se voltee hasta quedar cara a cara.

-No vuelvas a desafiarme así jamás Emma- dijo intentando controlar mi genio, si exploto esto será un desastre.

-Suéltame Alan, estás muy alterado y me culpas por algo de lo que no tengo ni idea, ella me ha buscado y te he defendido Alan, confía en mí y ya hablaremos cuando te calmes- dice con toda la tranquilidad del mundo. Eso hace que mi enfado aumente hasta niveles insospechados.

-No te quiero cerca de ella y odio cuando no se hace lo que yo digo- espero que me responda. Pero cruza sus brazos delante de su pecho, y me mira fijamente a los ojos. Su ceño esta fruncido y sé que se está enfadando.

-Haré lo que yo quiera Alan, ahora me voy con Nadia, adiós- antes de que diga nada más me doy la vuelta y me dirijo hacia mi coche.

-Adiós Emma, tu lo has decidido así- subo sin prestar atención a su rostro triste, sé que la he hecho sentir mal, no voy a dejarla eso lo tengo claro. Pero ella no lo sabe, así que yo estaré cabreado durante días y no la veré aunque me duela en lo más profundo. Pero ella se sentirá culpable.

Sin mirar atrás arranco y me voy a las oficinas. No puedo regresar a casa ni estar cerca de Emma o correré a su lado para pedir perdón. Nunca me he humillado y no lo voy a hacer con ella. Por mucho que la ame, tengo mi orgullo. Y tiene que ser ella la que me pida disculpas. Llego y veo a Cristian bastante agobiado con el trabajo, este será un buen entretenimiento para olvidarme de todo y no llamar a Emma dentro de cinco minutos cuando ya la eche de menos. Aunque no me puedo mentir. Ya la extraño y sé que el tiempo que estemos separados, será como un abismo de oscuridad del que me arrepentiré más tarde seguro. Porque amo esos ojos verdes y esos labios sonrosados.

Emma

No lo puedo creer, me ha dicho adiós, ¿Qué significa eso? No me ha insistido, Alan se ha ido, ¿me ha dejado? ¿Le he perdido? Mi cuerpo no responde, no puedo moverme, siento mis ojos llenarse de lágrimas. Empiezo a temblar y siento las manos de Nadia sobre mis hombros. Ella lo ha visto todo y sé que me puede reconfortar, necesito que lo haga. Que me mienta si es necesario para no sentir que le he perdido y me odia.

-Tranquila, está enfadado pero está loco por ti, volverá contigo aunque creo que te está haciendo sufrir- dice mi amiga mientras me da un abrazo. No quiero llorar y menos en la calle donde todo el mundo me puede ver. Nunca me he mostrado débil. Pero ahora me siento sola, sin Alan todo es oscuro. Como en el pasado.

-Vamos a seguir con nuestro plan, tengo que hacer unas compras y te necesito venga Emma, seguro que Alan te llama. Los dos sois cabezotas pero os queréis, dale tiempo, eres la única que no le obedece y eso le descoloca. Créeme Cristian me cuenta muchas cosas- esas palabras me devuelven a la realidad y despiertan mi curiosidad. Me vuelvo hacia mi amiga y la miro fijamente queriendo saber más información. Nadia me sonríe, me toma de la mano y nos dirigimos hacia la zona de tiendas. Obtener información de primera mano me va a costar algo, ir de compras toda la tarde, pero valdrá la pena. O al menos eso espero.

Estoy cansada, Nadia no para quieta y devora todas las tiendas a las que hemos entrado.

-Venga Nadia, me has arrastrado de compras toda la tarde y no me has dicho nada de lo que supuestamente te cuenta Cristian sobre Alan- digo bastante molesta.

Con solo una mirada conquistaste mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora