Capítulo 34: Tus ojos te delatan

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Alan

Respiro profundamente, llenando mis pulmones de ese aroma que tanto me gusta. El olor único de Emma. Sin duda quiero despertar así todos los días de mi vida. La aprieto fuerte contra mi pecho y dejo que los recuerdos de la maravillosa noche que pasamos invadan mi cabeza haciendo que vuelva a sumirme en un profundo sueño.

Estiro mi brazo hacia el lado de la cama donde está Emma, pero ese lado está frío. Me siento sobresaltado en la cama. Ella debería estar a mi lado, por algún motivo mi corazón late acelerado. Tengo que calmarme, puede que esté en la cocina o en alguna otra parte de la casa. Decido levantarme e ir en su búsqueda. Estoy ansioso por no ver a Emma, sé que es una locura pero tengo un mal presentimiento. Tal vez, tantas sospechas de que Delano va detrás de mí me está empezando a afectar la cabeza. Paso por delante del baño y oigo el sonido del agua de la ducha. No estoy seguro si es ella pero decido arriesgarme. Lo único que puede pasar es que sea Eric, entonces diré que necesito urgentemente utilizar el baño y eso entre hombres no es nada extraño. Tenemos confianza. Lo malo será si es Erica, seguramente me de algún que otro guantazo pero lo soportaré.

Abro la puerta lentamente y en medio del vapor que hay acumulado dentro del baño, distingo una figura a través de la cortina de la ducha. Sé perfectamente de quién es ese cuerpo que conozco de memoria. Una sonrisa ladina aparece en mi rostro, me quito el bóxer que es la única prenda de ropa que llevo encima y sin pensarlo dos veces me meto dentro de la ducha.

Poso mis manos en la cintura de la mujer que adoro con todo mi ser, se sobresalta porque no me esperaba para nada pero me gusta cuando se gira entre mis brazos para quedar cara a cara conmigo.

-Me has asustado- dice mi ángel mirándome a los ojos directamente. Me encanta mirar sus ojos verdes y perderme en ellos. Es lo mejor del mundo y lo que más me calma. Es la única que me da la paz que necesito.

-No pretendía asustarte, al contrario, quería sorprenderte. Y no me puedes reclamar nada, yo me he llevado un susto de muerte cuando me he despertado y no estabas a mi lado- le hago un pequeño puchero que sé que le llegan al corazón. No podrá resistirse a besarme.

Y en efecto no me equivocaba. Me rodea el cuello con sus dos brazos y se pone de puntillas para juntar sus hermosos y carnosos labios con los míos que la extrañaban demasiado.

-Lo siento- dice con sus labios aún sobre los míos. Me encanta cuando me habla así. Si por mí fuera estaríamos pegados las 24 horas del día. Pero tampoco quiero agobiarla, necesita su espacio y yo estoy más que dispuesto a dárselo para que sea feliz.

-Te perdono si me das otro beso- se ríe y sé que me va a dar millones de besos. La adoro con todo mi ser por ese motivo necesito que mi plan funcione. Que Ian pague por todo y yo sea totalmente libre para hacer mi vida sin poner en peligro la vida de Emma.

Empezamos a besarnos y yo deslizo por su cuerpo mojado mis manos, ansioso por recorrer cada centímetro de su piel. Nuestros labios se separan y puedo escuchar perfectamente el suspiro de Emma. Se está empezando a excitar y para que mentir, yo también. Sin separar mis labios de su piel, abandono sus labios para recorrer su cuello, reparto besos por todo su cuerpo, no dejo rincón por recorrer, la devoro entera sin importarme nada solamente hacer que disfrute de nuestro momento y por sus suspiros sé que lo estoy consiguiendo. Su piel es suave y dulce, jamás me cansaré de besarla, acariciarla y amarla. Mirarla y adorarla es todo lo que quiero y ahora mismo quiero que se entregue a mí, necesito que sea mía.

-Alan- mi nombre es un suspiro en sus labios. Separo mis labios de su cuello mientras mis manos resbalan por su espalda hasta sus increíbles nalgas. Las acaricio y beso sus labios con pasión, más que besarla la estoy devorando literalmente.

Con solo una mirada conquistaste mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora