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Querida coleccionista de mundos:

Me ofrecí llevarte a la librería cada día, para que no tuvieses que caminar en las noches con un frio horrendo, al principio te negaste porque sabias lo mucho que me gustaba y necesitaba quedarme hasta tarde, pero luego te ofrecí un trato: Yo te llevo a casa y tu me dejas escribir en tu apartamento mirando hacia el mundo sin fin.

Algo A Lo Que AferrarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora