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Querida coleccionista de mundos:

Después de que me contaste de tu vida, de tu obsesión por irte y estar de lugar en lugar, me enseñaste fotos, y en diferentes lugares, y no te culpo por querer irte, tus sonrisas eran más puras y reales que cualquiera que alguna vez haya visto, se notaba que eras feliz, incluso más que aquí.

"¿Cómo llegaste aqui?" Quise saber.

"Creí que era tiempo de descansar mis alas, estaba cansada de correr así que decidí venirme aquí por una o dos semanas, me encontré con tu jefe y me ofreció trabajar hasta que me fuera ¡En una librería! No podía negarme, así que acepte"

"Has estado aquí más de dos semanas" Sonreíste.

"Nunca he estado tanto en un lugar sin tener la necesidad de irme, sin tener la angustia de que ahí algo allá afuera esperándome, creo que finalmente he encontrado lo que tanto he buscado"

"¿El calor de una chimenea?"

"Un hogar" Miraste nuestras manos "Un lugar donde pueda sentir que encajo, sentir que puedo pasar miles de años y aun así ver el mundo, sin moverme"

"Lo que necesitas no es un lugar, necesitas una persona, alguien que no tenga miedo a irse, a dejar todo de un momento a otro para ir a vivir una aventura, necesitas un hogar, al cual siempre volver, y una persona, con la cual siempre volar"

Algo A Lo Que AferrarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora