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Querida coleccionista de mundos:

Cada día se me hacía más corto, no sé si era por el horario de invierno o mi imaginación, pero en el día no habia suficientes horas para verte, y eso que pasábamos todo el día juntos, aun así, yo debía leer manuscritos y tu atender clientes, trate de corregirlos en la librería pero mi mirada siempre se desviaba hacia ti, u lo que sea que hacías, hasta estornudar sonaba hermoso en ti, como cuando te enamoras, y todo en esta persona es perfecto.

Esa comparación no me cayo bien.

Algo A Lo Que AferrarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora