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Querida coleccionista de mundos:

Era divertido ir en el auto contigo, prendías la radio y comenzabas a cantar las canciones navideñas, a todo volumen, o te sentabas silenciosamente con un libro en la mano, a veces hablábamos de cosas innecesarias sobre mi amor hacia lo imposible, y tu agarre hacia los infinitos, no creías en los finitos, no creías en los amores finitos, en los océanos finitos, para ti nada tenia fin, y eso era justo lo que necesitaba.

Algo A Lo Que AferrarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora