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Querida coleccionista de mundos

Meses después, te pedí que te mudaras conmigo, y aceptaste, vivíamos juntos, era hermoso, nos mudamos a tu apartamento, no solo por la vista si no también por que había más espacio para tus libros y mis libros, claro esta, los que teníamos ambos debimos donarlos a la librería para solo quedarnos con uno, y así poder darle al apartamento un estilo más limpio, traje mis estantes, y sacaste los libros que habías entrado en cajones y los pusiste en estos nos pasamos toda una semana decorando, pintando las paredes, poniendo las cosas en su lugar, a veces comenzábamos guerras de pintura, otras peleábamos porque el otro no hacía nada, pero al final un beso bastaba para que los problemas se arreglaran ahí me di cuenta de que así, así, debía ser el amor, y cuando veía el verano y primavera acercándose, solo pude dejar mi desprecio hacía el invierno de lado, porque la verdad, si había una época perfecta para enamorarse esa era definitivamente el invierno.

Algo A Lo Que AferrarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora