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Querida coleccionista de mundos:

Nunca olvidare aquel momento en la librería, cuando llegue y de nuevo discutías con ese hombre, el trataba de agarrar tu brazo y tu te soltabas, hasta que justo cuando entre se fue y tu colapsaste en el suelo, llorando, con tu rostro entre tus manos, y me senté junto a ti, te abrase, dejando que tus lagrimas empaparan mi abrigo, aferraste tus brazos a mi cuello como si te estuvieras ahogando y yo fuese tu salvavidas, tal vez era así, levantaste la vista después de unos minutos, y seque tus lagrimas con mis dedos pulgares, la tenue luz de una mañana nublosa de invierno entraba por los ventanales, y el silencio digno de una librería reinaba en el lugar, y no se si fue la iluminación, situación o tu rostro tan cerca pero te bese, esperando que te alejaras y me abofetearas, pero aun así arriesgándome, pero tu me seguiste el beso, y solo pude desear que de verdad sintieras lo que yo en ese momento.

Algo A Lo Que AferrarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora