1.- Traición
El Hokage de aquella aldea siempre velaba por cada uno de sus integrantes, aunque siempre intentaba llegar lo más pronto posible al lugar que su alma y corazón le exigía. Amaba estar con su familia, con aquel núcleo que nunca pensó que tendría.
Lamentablemente la vida del líder de una aldea era complicada, su vida laboral comenzaba desde muy temprano hasta finalizar casi de madrugada. Y aunque fuera una época de paz el trabajo nunca descansaba. Muchas veces pensó en abandonar, pero su querida esposa lo animaba recordándole que aquel era su mayor sueño desde pequeño, ¿Por qué abandonar ahora?
Y con esos ánimos renovados el seguía trabajando, velando no solo por la aldea, también por su familia principal, pero sus hijo crecían y él se perdía aquellos momentos divinos con ellos que jamás volverían...
¿Cuándo fue la última vez que realmente pasaron un cumpleaños en familia?, ya no lo recordaba y la sensación de vacío en su pecho se incrementaba, pero nadie lo sabía pues él siempre supo engañar muy bien con aquella sonrisa despreocupada.
Y todo hubiera seguido igual, si no comenzara a extrañar no solamente estar con sus hijos, también con su esposa que durante los últimos meses mostraba cierta lejanía hacia él. Tal vez, la paciencia de la mujer se iba agotando y el volvía a intentar que su consejero le diera días libres sin lograr nada en absoluto.
Hasta que un día su buen amigo se presentó en su oficina, finalmente llevaba meses nuevamente en la aldea compartiendo con su familia, y aquello a Naruto le agradaba pues él no era una persona que soportara ver a la gente triste. Y desde la llegada de Sasuke, tanto Sakura como Sarada se veían radiantes.
— ¿Una misión dices? —Confundido observo al pelinegro que le pedía realizar una misión. Y eso que él pensaba que ya no quería apartarse del lado de su familia.
—Sí, lo que sucede...—Según lo que le contaba era que últimamente una serie de eventos había sentido a las afueras de la aldea, y aunque Naruto no percibió nada no quiso dudar de su amigo.
Aunque le costó aceptar lo que él le pedía, necesitaba un acompañamiento de rastreo y la única persona disponible...era su esposa.
Realmente no quería dejarla ir, pues aunque fuera una misión de tres días de reconocimiento, el justamente tenia esos tres días libres y no lo habida comentado con nadie para darle una alegre sorpresa a su familia.
Sin embargo tanto Sasuke como Hinata le insistieron...todo era por el bien de la aldea.
El día en que se suponía el Uchiha y la Uzumaki saldrían, el rápidamente salió de la oficina. Deseando darle un beso a su amada, y pidiéndole que volviera a salvo, que él la esperaría siempre, y para cuando ella volviera el sacaría esas vacaciones que aunque pocas él las haría durar de alguna manera.
Ni siquiera Kurama lo había preparado para lo que vio, sin que nadie los viese en ese momento pues no había gente alrededor más que él.
Sasuke y Hinata se besaban, como si lo hubieran hecho toda una vida. Naruto solo se quedó quieto sin comprender lo que sucedía. En qué momento...ellos dos...
—¿Estas lista Hinata? —El pelinegro se separó de ella observando a la mujer asentir con las mejillas sonrojadas. Eran dos almas unidas por la desesperación de la insatisfacción.
Aunque él hubiera vuelto a la aldea, Sakura estaba demasiado ocupada en el hospital como para atenderlo y Hinata siendo la esposa del Hokage no recibía las atenciones adecuadas. No supieron bien como fueron arrastrados a ese torbellino de pasión que comenzaron a confundir con amor.
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Perdóname
RandomMuchas veces cuando alcanzas un sueño, este no te trae una completa felicidad como pensaste en un principio. Tu familia se desmorona, y solo te quedas de pie observando como el tiempo pasa con crueldad. Pensaste, que podías con ello. Que con el amor...