Inconveniente

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Capítulo 9. Inconveniente

El movimiento en casa Uzumaki claramente no le era indiferente a nadie de la aldea, puesto que no todos los días se podrían apreciar que el Hokage de la aldea con ayuda de sus clones decidiera armar nuevamente su casa.

Botando principalmente el colchón matrimonial, aquel que seguramente tenía muchos recuerdos de cualquier clase.

—Viejo, ¿Por qué le hechas gasolina? —Mirando a los clones de su padre preparándose para una pequeña fogata con el colchón

—Es lo mejor compraremos un colchón nuevo—Susurro el original mirando la acción de sus clones, para luego oír la suave risa de su hija pequeña que planeaba decorar gran parte de la casa con pandas

—Pandas comiendo hamburguesa y ramen...es algo fuera de lo común—Oyó a Hina mirando con algo de diversión los dibujos de la pequeña, apoyándolo de cierta manera en empezar de cero—*Vaya, Naruto es muy bueno manejando clones*—dando de vez en cuando leves vistazos a los clones que llenaban el recinto.

¿Qué mujer no sería feliz teniendo tantas réplicas de la persona amada?

—*Concéntrate Hina...*—moviendo su cabeza de un lado a otro al ver como algunos clones no hallaban nada mejor que quitarse la polera debido a la calor que generaba levantar y mover ciertos muebles.

Y él sabía que lo necesitaba, para volver a casa, para no ser perseguido por la sombra de lo que fue y en lo que termino. Debía continuar aunque fuera por los niños, porque sentía que su corazón jamás podría repararse después de la traición.

Todo iba demasiado bien, Hina sabía que era algo grande lo que el rubio pretendía, pero lo apoyaba. Era la casa de él después de todo, y ciertamente necesitaba de una buena remodelación. Los niños miraban aquello como un juego, algo para adornar aún más lo que parecía ser una bella casa.

— ¿Qué les parece si vamos por pintura?, aprovechando que su padre saque lo que tenga que sacar—Pensó que era una buena idea dejarlo un momento a solas, ya que él y sus clones pretendían hacer todo solo, lo ayudarían a escoger los botes de pintura. Y de esa manera ella igualmente huiría de esos exhibicionistas clones— Y también con comida, ya que vuestro padre quedara seguramente muy cansado

— ¡Sí! —Los pequeños niños se animaron, con la idea de una cena con su padre. No tardaron en decidir seguir a la dama que se parecía a su madre.

—Naruto nosotros nos encargamos de la pintura

—Está bien, muchas gracias Hina—Nuevamente le regalo una sonrisa cálida a la hermosa muchacha, que seguía pensando cómo era posible que ese hombre tuviera tan magnifica sonrisa a pesar de todo— Pero algunos de mis clones los acompañaran, para llevar los botes de pintura

—No te preocupes, soy una mujer fuerte, ¿Con quién crees que hablas? —Comento con orgullo, sumando que quienes se ofrecían eran esos clones exhibicionistas. ¡¿Acaso esos clones tenían mente propia?!

—Insisto, además recién hoy has salido del hospital. Deja que te ayude, además iras con los niños y seguramente te harán parar en muchas partes del camino. Recuerda, son Uzumakis—Sonriendo con algo de travesura

—Está bien—Siendo convencida—¡Pero que no sea un clon exhibicionista!

—¿Ah? Está bien dettebayo—Comento distraído no comprendiendo porque su nueva amiga se había sonrojado levemente

Apenas los pequeños se despidieron y partieron junto con la muchacha, los vio alejarse y no pudo evitar sonreír. La sonrisa de sus pequeños era grande, notoria y feliz. Mientras el pudiera, iba a proteger aquella dulce inocencia.

PerdónameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora