Explotar

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3.- Explotar

Los días siguientes en que la joven de otra dimensión se encontró en el hospital, lo uso para poder descansar las heridas de su cuerpo. Mientras que las heridas de su alma aun no cicatrizaban del todo y tal vez nunca lo harían.

Sin embargo aquel sueño del chico parecido a su primo se repetía una y otra vez, haciéndola entender que allí en ese lugar estaba su misión, la segunda oportunidad que tanto añoro.

Pero, aun se sentía tan débil como para salir a enfrentar el mundo. Tal vez, por un momento el mundo podía esperar a que ella pudiera salir de las garras del dolor.

—Hina, te he traído algo para comer—Lentamente se sentó en la camilla, intentando con ello no doblarse de dolor por un mal movimiento. Durante aquellos días las visitas de la pelirosa eran sagradas.

Si bien con su otra versión no se llevaban para nada bien, debido a la rivalidad entre ambas por causa del mismo sujeto, esta era tan diferente haciéndola sentir con una pequeña confianza de aceptar algunos momentos a su lado.

Junto con esa visión, una pequeña niña de cabellera negra se asomó. La vio curiosidad, por la manera en que esta se arreglaba sus lentes para mirarla con mayor facilidad.

—Ella es Sarada Uchiha, mi hija

—Es un gusto...

—Puedes llamarme solo Hina, de esa manera no hay confusión con mi otro yo—Dijo simplemente, acostumbrada al diminutivo que Sakura ya usaba para ella.

—Bien, ahora que estamos aquí...comamos—Los ojos aperlados enfocaron un momento el vientre algo abultado de la mujer, que sonreía alegre junto con su hija.

No había duda que estaba embarazada y aquello era lo que le causaba esa alegría, la alegría de tener una familia con la persona que amaba y que nunca la traicionaría.

Nuevamente los sentimientos de mierda se apoderaron de ella, pero ya comenzaba a lograr ocultarlos de los ojos curiosos. Aceptando su destino de nunca poder ser amada por el ser querido, pues este estaba demasiado contaminado como para intentar blanquearlo.

Pero una parte de ella estaba alegre de que por lo menos su "amiga" estuviera feliz en su vida de adulta, de madre y esposa.

Ya para cuando acabaron de comer, las dos mujeres se encontraron un momento a solas mientras la pequeña salía un momento.

— ¿Cómo te sientes?

—Mejor que antes, aunque...no he vuelto a ver a...

—Siendo Hokage suele estar muy ocupado, aunque...desde que su esposa se ha ido a una misión con mi marido, se ha encerrado en su oficina...--Los ojos jade se tiñeron de un color mucho más opaco por la preocupación.

Hina no entendía por qué aquel rubio se encerraría en su mundo, solo porque su pareja se encontraba en una misión. Todos eran ninjas, todo entendían perfectamente los peligros que eso conllevaba y los sacrificios que debían estar dispuestos a pagar.

—Si no fuera por Boruto que lo saca a rastras, el técnicamente viviría allí. Exactamente la misión de esos dos debió haber sido solo por unos tres meses, pero el tiempo sigue pasando y Naruto no me ha dado mucha información más que es algo indefinido.... —se abrazó intentando retener un poco el calor que se alejaba de su cuerpo, ¿cuantas veces había despertado añorando los brazos de aquel pelinegro que por tantos años espero?

Lo necesitaba tanto, y se sentía algo solitaria al no poder compartir con él su embarazo, ni tener forma alguna de explicarle que se encontraba esperando un hijo de él.

PerdónameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora