Querubines.

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Algo abrumada aquella adolecente miraba los años reflejados en la mirada de su padre en aquella dimensión, podría apreciarse una seriedad que a cualquiera dejaría muerto de miedo, pero a la vez un brillo de suavidad otorgado por las experiencias que solo los años eran capaces de entregar.

El silencio para cualquier otro ajeno a aquella familia sería sumamente incomodo, pero no para ella que agradecía la calma de un rostro familiar.

—El Hokage me ha puesto al tanto sobre ti

—He de suponerlo después de todo me parezco a su hija, solo que soy una versión adolecente de ella...

—No es que te parezcas, eres mi hija Hinata...aunque seas de otro plano

—...—negando ante aquellas palabras que aunque fueran frías le sonaron tan cálidas, pero siendo una orgullosa guerrera se sentía rota por todos los eventos— No lo soy, no soy merecedora alguna de portar el apellido de nuestra familia con orgullo. No después de haber sido humillada de esa forma—apretando con fuerza sus puños ante la impotencia de sentirse sucia, fue tan débil ante el miedo y la incertidumbre que la persona que amaba la dejo, que ahora no se sentía capaz de mirar a nadie.

—Hina...—Naruto salió de sus pensamientos apenas logro oír aquel intercambio de palabras, pero no ogro completar su palabra cuando la voz del hombre maduro interrumpió con acento serio.

—Perderás el honor de la familia si te das por vencida—Logrando que la chica elevara su mirada, el castaño no dejo de mirarla notando los ojos vidriosos de alguien que había perdido su propio orgullo

—Pero...

—Eres la heredera de una familia de guerreros, los cuales jamás se dan por vencidos aunque todo gire en contra. No digas que no eres merecedora cuando no has sido capaz de luchar para superarlo

—Padre...—la adolecente solo mordió sus labios ahogando las lágrimas pero aceptado con solemnidad aquellas palabras que el patriarca le regalaba.

—Necesitas descansar, vendré mañana para saber lo que haremos. Ten en mente esta conversación y espero que ya para mañana tengas una mejor disponibilidad sobre tu vida—Sin decir nada más el hombre se alejó rumbo a la puerta para mirar al rubio que imito su comportamiento hasta dejar a la chica en el cuarto nuevamente solo.

—Gracias por ayudarla, esas palabras de aliento realmente las necesitaba—sabiendo bien que su suegro aunque fuera una máscara de seriedad, adoraba a sus hijas y tal vez la misma edad junto con la experiencia lo habían hecho ablandarse un poco más.

—Lo que necesita es dejar de verse como culpable y seguir adelante, puedo verlo en sus ojos, es una guerrera de pecho y lomo. Se recuperara, sin embargo...—Dándole la espalda apenas se detuvo de caminar— Cuando tengas al insolente, seré yo quien le rompa el cuello

—No esperaría menos Hiashi-sama

—Mantenme informado cualquier novedad, tanto de ella como de Hinata

—Si...—Sintiendo nuevamente un malestar en la boca del estómago apenas oyó el nombre de su esposa— Los niños ellos...

—Están bien, los he dejado junto con Hanabi, los llevaremos a casa más adelante, espero que no se consuma en el trabajo y pueda pasar tiempo con ello

—Lo intentare, y una vez más gracias

El mayor solo afirmo para caminar rumbo a su hogar, teniendo mil pensamientos en la cabeza desde la llegada de aquella joven lastimada en su espíritu, como del extraño comportamiento del revoltoso Hokage.

PerdónameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora