Limites

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Capitulo 16. Limites

Los pensamientos en una adolescente con el corazón roto podían ser igual de profundos que los de cualquier adulto. Aunque sus ojos aperlados reflejaban una jovialidad salvaje, el rastro de tristeza era cubierto por la preocupación genuina que comenzó a obtener debido al rubio que le dio un lugar nuevo para vivir.

Era cierto que se sentía plena viviendo en aquel lugar tan conocido pero nuevo a la vez. Sin embargo, comenzaba a sospechar que de manera inconsciente comenzaba a aprovecharse mucho de la situación.

Ella no debía disfrutarlo, ella tenía una misión muy importante en aquel lugar. Y era que el Hokage de aquel lugar volviese a sonreír con sinceridad y sin el peso de la traición en sus hombros.

Pero mirando aquel bento que logro preparar gracias a la ayuda de la mujer Uchiha, sentía que no estaba realizando un buen trabajo, pues estaba confundiendo muchas cosas. Por ejemplo ¿Por qué demonios le aterraba la idea de que Naruto se fijase en Sakura? O que quisiera reiniciar su vida nuevamente.

Él tenía todo el derecho del mundo de buscarse a alguien que lo amase a él y a sus hijos pero la idea a ella le sabría agria.

—Listo, creo que ya estamos listas—Las palabras de la ex Haruno le resonaron por completo, alejándola un momento de aquellos pensamientos perturbadores, para luego sonreír un momento.

Siendo la primera vez que preparaba a conciencia un Bento, la idea de poder ver al rubio comer algo que ella preparo la hizo sentir algo feliz, provocando que olvidara unos instantes sus dudas.

Acompaño a la mujer rumbo a la torre del Hokage, notando a las criaturas parlotear entre ellas. Y no pudo evitar sonreír, debido a que nunca antes se detuvo a pensar que la risa de los niños era adorable, llegando incluso a calmar el día a día.

—Mami Hina, ¿Iremos a visitar a papá? —Himawari se aferró a sus piernas otorgándole aquella pequeña sonrisa angelical provocando que se sintiera nerviosa pero a la vez en paz

—Si pequeña, iremos a visitar a su padre—Acaricio con bastante dulzura aquel cabello azulado, de la misma manera en que acariciaba por las noches la cabellera rubia de su padre— El tendrá que quedarse hasta tarde debido a una reunión, así que le iremos a dejar algo para que pueda comer

— ¿Por qué el viejo tiene que estar tanto tiempo en el trabajo? —Se quejó el rebelde primogénito aun teniendo en mente aquel día que su padre estuvo por completo con ellos, jugueteando como antes en donde no era el líder de una gran aldea. Donde solo era su padre.

—Es el séptimo, su trabajo es importante para el bienestar de nuestra aldea—Comento con sabiduría la pequeña Uchiha. Era admirable como esa pequeña sentía cierta admiración por el Uzumaki, aunque Hina lo entendía, ella igualmente admiraba a ese pedazo de hombre.

—Pero el viejo casi no pasa en casa...—Realizando un adorable puchero el pequeño le contesto a su amiga, la cual inmediatamente le debatió provocando que con ello ambas mujeres pararan un momento su mancha.

—Pero lo ves...y no debes esperar años hasta saber algo de el

—Sarada—Oyó la voz de Sakura, y pronto la vio arrodillada a la altura de su hija que no le daba la mirada.

Su corazón se sobrecogió al comprender algo gracias a la visión de aquella pequeña niña de cabellera negra. Poco y nada de tiempo pasaba con su padre, tal vez visiblemente contados con los dedos de la mano.

Y ¡¿por una clase de sujeto así su estúpido alterego cambio a Naruto?! ¿Es que era tonta de nacimiento o tenía un problema de autoestima severo?

PerdónameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora