Capitulo 12. Jaqueca
Los rayos de sol se colaron a primera hora en aquella habitación infantil, molestando con su travieso calor el rostro de un hombre que lentamente habría los ojos. Si dejara a un lado el dolor de cabeza producto de la resaca, había dormido muy cómodamente durante toda la noche, hace bastante tiempo que no dormía de aquella manera.
—¿Qué hora serán? —Murmuro intentando alargar su mano para buscar el reloj de su mesita de noche, entonces fue consiente que alguien lo tenía firmemente abrazado.
Por un momento los recuerdos de una horrible pesadilla le vinieron a la mente, un sabor agrio se instaló en la punta de su lengua a medida que tragaba saliva. ¿Cómo fue capaz de pensar siquiera que Hinata lo engañaría con su mejor amigo? Sasuke podia ser todo lo frio del mundo, pero no era la persona bastarda capaz de quitare la mujer de otro. Mas a alguien que era como su hermano... ¿Cierto?
Y Hinata, su dulce y pequeña Hinata, ella lo amaba como el a ella. Jamás lo engañaría, porque siempre fue capaz de amar a ese idiota y lento Uzumaki que tuvo suerte de ser su esposo...
Suspiro como idiota por ser capaz de atormentarse con una pesadilla, y esperaba ciertamente no haberle provocado ningún mal sabor a su mujer por alguna estupidez que borracho hubiera podido decir.
—Aunque no entiendo por qué he bebido...—Sintiendo aun el amargo sabor de una tomatera nocturna de la que no estaba ciertamente acostumbrado, ¿porque de otra manera como se explicaría que soñara con una infidelidad tan fea?
Sacudió sin más la cabeza, ya era momento de iniciar un nuevo día. Y ¿qué mejor que despertar a su querida esposa? ¿Se alegraría cuando le comentara sobre aquellas codiciadas vacaciones que Shikamaru finalmente decidió darle? Esperaba que sí, y que pudiera verlo con esos bonitos ojos brillando de alegría.
—Hinata...—Susurro logrando voltear para poder ver a su compañera de vida, pero si bien lo que encontró fue el rostro de su amada, fueron unos años menos los que provocaron que lentamente su burbuja de ensueño se fuese desinflando.
Hinata no representaba su edad eso era cierto, pero el cabello no crecía de un día para el otro ocasionando que volviera aparecer la adolescente de antaño. Aquella adolecente que lo amaba, que lo veía tras las sombras y que nunca...le hubiera sido infiel.
—...Todo era verdad...Me has abandonado—Susurró con la voz quebrada al comprender nuevamente como había caído ante los juegos de su propia mente. Recordando cómo la noche anterior encontró algo de compasión entre las botellas de sake que juro alguna vez no volver a beber, para no caer en los males del ninja.
Y allí estaba el, completamente roto incapaz de ver la luz al final de aquel túnel que se volvió su vida, después de haber aceptado una gran responsabilidad que era su sueño.
Todo lo que sucedía era su culpa, y con lentitud se comenzó a levantarse de la cama, mirando una última vez a la bella durmiente que no era su esposa.
No tenía muchos recuerdos de lo sucedido la noche anterior, pero sentía que si recordaba algo, algo en él se iba a terminar de quebrar. Porque la chica a su lado era el vivo reflejo de lo que amo y lo que lo lastimo, y tal vez... con la borrachera a tope, pudo haber cometido una estupidez, como haberse desquitado con ella.
Ciertamente...todos tenían razón...
Él era un estúpido, Nunca se mereció una familia al lado de quien le enseño amar si no era capaz de mantenerla...
¿De qué servía nunca rendirse...si ya no tenía corazón para seguir?
Y allí estaba nuevamente junto con las lágrimas que amenazaban su cordura, sintiéndose como la peor persona del mundo por haber intentado perderse entre el licor, por haber creído siquiera que la soledad no era parte de su vida, de su existencia.
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Perdóname
RandomMuchas veces cuando alcanzas un sueño, este no te trae una completa felicidad como pensaste en un principio. Tu familia se desmorona, y solo te quedas de pie observando como el tiempo pasa con crueldad. Pensaste, que podías con ello. Que con el amor...