No sabía que estaba pasando conmigo. Hace algunos años, aún sufriendo bullying de parte de mis compañeros jamás había pensado como pensaba en esos momentos. Mis pensamientos me daban miedo, no sabía lo que podía pasar en un futuro.
Mi garganta ardía por el ácido estomacal, el cuál había vomitado. Tomé un poco de agua, para aliviar el ardor. Miré mi brazo derecho, lo que me había escrito con cortes, y mis lágrimas cayeron encima. Me tiré en mi cama y tomé posición fetal, mis lágrimas no césaban y yo no quería que lo hicieran, era la única forma que tenía para desahogarme.
No quería hacer nada y con tan solo pensar que en una semana iba a ir a un colegio nuevo, me asustaba. La idea de estar entre medio de muchas personas que me mirarían de pies a cabeza, me daba miedo. Quería desaparecer.
Comencé a dibujar algo, dibujé lo que primero se me vino a la mente, y al terminarlo me dí cuenta de lo que había dibujado. Una chica colgada de un árbol,muerta, un suicidio.
''Me doy miedo'' me dije a mi misma. Abracé mi almohada fuertemente y comencé a escribir mis sentimientos en un papel.
No sabía lo que era el sentir miedo a uno mismo, pero hoy lo descubrí.
Jamás había pensado lo que me iba a tocar vivir. No sé lo que haya hecho en otra vida para vivir todo lo que he vivido con tan solo trece años. Recibo mucho amor por parte de mis padres ¿Pero de que me sirve si tengo el recuerdo presente de tantas personas que me odiaron? Nada es equivalente para mis sentimientos, siempre pienso lo peor.
No me gusta la idea de pensar que mi vida es un desastre ¿Acaso hay otra descripción para mi vida? MI piel quedaría llena de cicatrices, mis pensamientos serían otros si mi vida no fuera un desastre.
No quería seguir escribiendo, seguramente escribiría toda mi vida. Quise parar de llorar y prendí mi notbook, y comencé a escribir en Google ''Maneras de adelgazar''.
-Maldita sea- me dije, las formas de adelgazar eran imposibles, nunca podría adelgazar con esas inútiles maneras para hacerlo.
Estaba destruida, ya era demasiado gorda para poder adelgazar. No sabía de donde venía la necesidad de hacerme daño, pero había algo que me decía ''Vamos, dañate, cortate, vuelve a sentir esa libertad que sentiste aquella vez.''
-¡¿Por qué no te callas de una puta vez?!- Grité sin darme cuenta y comencé a creer que mis padres me había escuchado.
Habían tocado la puerta de mi habitación, y fui a abrir rápidamente. Era mi mamá, me preguntaba si la había llamado, inventé una mentira rápidamente y le dije que me había emocionado cantando una canción, salió de mi habitación sin preocupación alguna. Seguí con mis pensamientos suicidas y hasta yo estaba preocupada de mí ¿Acaso era posible que una voz dentro de mí, me diera opciones o mas bien órdenes? ''Solo es mi imaginación, solo es mi imaginación.'' Me decía a mi misma solo para tranquilizarme. Me estaba volviendo loca, eso creía, mas bien.
¿Cuando me había convertido en ''eso'' que era en esos momentos, una chica de trece años que pensaba que su cuerpo era una amorfidad, qué nunca la aceptarían por aquello y qué siempre pensaría que su vida es una misería solo porque su contextura era distinta? Era un monstruo. Ahora podía entender esa frase que leía cuando era tan solo una pequeña ''Los monstruos son personas.''
A pesar de que en esos momentos era una preadolescente depresiva, que vivía su día a día deprimida, no recordaba nunca una imagen mía siendo alegre, ni en mis recuerdos. Ni siquiera en fotos.
Por mucho que pensaba que comer era un placer exquisito al mismo tiempo la aborrecía por completo, y cada vez que comía luego me sentía una obesa, después de todo eso era lo que era, pero sentía que lo era mas aún.
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El espejo.
Teen FictionMuchas adolescentes viven día a día odiándose, sintiendo que son feas, unas porquerías que no deberían vivir pero ¿Qué pasaría si esos malos pensamientos fueran muy lejos?