Al despertar bajé a la cocina, moría de hambre y sabía que eso era algo malo. Mi madre no estaba en casa, tal vez había ido al mercado. Tomé queso y jamón del refrigerador para hacerme un sandwich, pero al terminarlo me di cuenta que no era lo suficiente para saciar mi apetito y comí otro, y luego otro. Tres panes eran edemasiados, me sentía el triple de gorda de lo que ya era, subí al baño corriendo tratando de no mirarme en el espejo, pero fue un fracaso, uno más de todos los fracasos que había tenido en mi vida. Me miré de pies a cabeza, noté que mis muslos estaban muy gordos, al igual que mi estómago, cara y brazos. Que horrible ese sentimiento de sentir que eres una repugnancia humana.
Cada vez que me miraba en el espejo era como si alguien me diera una abofetada o me golpeara mil veces. No pensé más, me inqué frente al toilet y comencé a vomitar, vomité hasta que sentí un ardor insoportable en mi garganta, tocí mucho. Bajé a la cocina para tomar un poco de jugo por el ardor en mi garganta y mi imaginación jugo en mi contra. Veía como esa pequeña niña que había conocido en una de mis pesadillas me sonreía malvadamente, Bulimia.
La miré atentamente y con miedo y decidí ignorarla, seguí bebiendo mi jugo y escuché como ella comenzaba a reírse a carcajadas ¿Qué pasaba con ella? Cerré mis ojos fuertemente, no quería seguir escuchando su risa. ''Solo es mi imaginación, solo es mi imaginación'' me decía hacía mis adentros para tranquilizarme, como siempre. Creía que me estaba volviendo loca. Ella se reía muy fuerte, pero el volumen de su risa disminuía cada vez que yo me decía hacía mis adentros que mi imaginación era lo que hacía que ella estuviese ahí, atormentandome.
Luego de que ella desapareciese comencé a pensar, tal vez esa pesadilla no era una pesadilla, sino mas bien era un aviso.
Me duché, cuando terminé de vestirme comencé a ver películas en la sala de estar. Mi mamá aún no llegaba y ya me estaba comenzando a preocupar, ni siquiera tomaba atención a las películas que veía. De pronto sonó el teléfono y corrí hacía él, era mamá.
-¿Donde estás? Estaba preocupada-
-Tranquila, no quise despertarte en la mañana, vine a comprar algunas cosas al mercado y pasé a ver a tu padre-
El tono de voz cuando me dijo que pasó a ver a mi padre sonó algo dudoso, me había mentido, se notaba porque mi madre lo que menos sabía hacer era mentir y tampoco necesitaba hacerlo ¿Pero porqué me había mentido? Lo bueno, es que ya sabía que ella estaba bien, y eso me tranquilizaba, y decidí no interrogarla para no incomodarla. Ella tal vez tenía sus razones para mentirme.
Apagué la televisión, estaba aburrida de ver películas, de hecho ninguna la habia visto completa. No tenía interes de nada. Bajé y me senté en el sillón que se encontraba a un lado de la ventana, miré un punto, una pequeña suciedad que se encontraba por la parte de afuera de la ventana, tenía mi mente en blanco. Y que bella sensación es esa cuando tienes mil problemas que no tienen solución o eso crees tú.
Miré el mismo punto hasta que me interrumpió el ruido que hizo la puerta al abrirse, era mi padre.
-Hola cariño- dijo mi padre y luego me besó la frente- ¿y tú madre?
Lo sabía, mi madre si me había mentido, me había dicho que había pasado a ver a mi padre al trabajo pero justo mi padre se aparece mas temprano en casa y preguntandome por ella. Iba a decirle a mi padre que creía que mi madre había pasado a verle, pero quizás ocasionaría problemas.
-Fue al mercado, aún no vuelve- le respondí dulcemente a papá.
-Y bien ¿Qué te parece preparar el almuerzo juntos?-
-Me parece muy bien- le sonreí.
Fuimos hasta la cocina, nos lavamos las manos antes de comenzar a cocinar. La temperatura iba aumentado y yo estaba con polerón, no queria ponerme poleras, se notarían mis cicatricez, y justamente eso era lo que yo no quería. La comida olía muy bien y eso en mí provocaba hambre y eso era un problema para mí. Quizé despistar mis pensamientos, pero era imposible.
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El espejo.
Teen FictionMuchas adolescentes viven día a día odiándose, sintiendo que son feas, unas porquerías que no deberían vivir pero ¿Qué pasaría si esos malos pensamientos fueran muy lejos?