Narrador:
Habían pasado varios días, Alex iba seguido a ver a Gabriela, aunque sabía que su novia se ponía incómoda debido a sus constantes visitas donde su amiga, pero se lo había prometido, él ya no la dejaría sola.
Poul también iba a verla constantemente y cada vez que iba le llevaba algún regalo, no quería que su hija estuviera tan deprimida.
-No sé que hacer...Estoy pensando en obligarla a comer- Le comentaba la tía de Gabriela a su esposo.
-No amor, yo pienso que lo mejor que podemos hacer es hacer planes con ella y así lograr que coma ¿Te parece mañana vemos una película junto a ella en su habitación? Compramos pizza y cosas que a ella le gustan...Le gustaban-
-Sí...Creo que es una buena idea- Sonrío fugazmente.
-Sé que estás preocupada cariño, yo igual la he notado extraña estos últimos meses, hasta he pensado en rehabilitación-
-Yo también lo he pensado, pero no lo aceptaría de ninguna manera, pero bueno, mañana veremos que es lo que pasa con nuestro plan. Buenas noches mi cielo-
-Buenas noches mi vida, descansa- Le dio un beso en la frente y luego se acurrucaron para dormir.
La tia de Gabriela estaba demasiado preocupada de su sobrina, tanto que le costó mucho quedarse dormida. No podía aceptar que su pequeña se le estuviera yendo de las manos con respecto a la comida.
Al día siguiente fue a despertarla, en una bandeja llevaba el desayuno favorito de Gabriela, comería junto a ella. Llevaba porciones pequeñas para no asustarla, quería lorgrar que comiera y no se iría de ahí hasta que lo hiciera. Colocó la bandeja en un velador para poder despertarla de una buena manera. Le acarició la mejilla y luego se acercó a su oído para susurrarle ''Despierta pequeña, hoy será un gran día''. Gabriela no despertó, su tía pensaba que estaba muy cansada, le comenzó a tocar su hombro para que despertara, pero no reaccionada. ''Vamos, despierta cariño'', le dijo haciéndole cosquillas, se estaba comenzando a asustar. ''¡Gabriela por favor despierta!'' Gritó sollozando mientras la samarreaba, su sobrina no despertaba.
Sacó rápidamente el celular de su bolsillo y llamó a emergencias.
-¡Ayúdenme mi sobrina...!- Estaba desesperada.
-Cálmese señora ¿Qué le pasó a su sobrina?-
-No despierta, ya he hecho de todo, no despierta- Lloraba sin césar.
-Denos su dirección- La tía de Gabriela respondío obediente- Vamos en camino.
Mientras tanto ella no perdía la esperanza de que su sobrina despertara, le apretaba la mano, gritaba que por favor despertara, pero no había reacción alguna por parte de Gabriela.
Cuando llegó la ambulancia hicieron algunas pruebas para ver si no era tan solo un sueño profundo, al comprobarlo, la llevaron rapidamente en una camilla hasta el automóvil de emergencias.
Poul estaba en el trabajo, no tenía ningún deber por el momento, buscaba en Internet en algunas páginas de clínicas sobre rehabilitaciones, pero de pronto algo lo interrumpió, una llamada.
-¿Pasó algo?- Contestó rápido el padre de Gabriela, era su cuñada.
-Sí Poul, estoy en el hospital...Gabriela-
-Voy para allá- Cortó.
Poul tomó sus cosas y corrió lo más rápido hasta la entrada del edificio en el que trabajaba para dirigirse hasta el estacionamiento.
-¡Señor Haro, deténgase!- Su jefe lo había alcanzado, estaba furioso.
-Disculpe jefe, me tengo que retirar...Mi hija- Y corrió nuevamente.
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El espejo.
Teen FictionMuchas adolescentes viven día a día odiándose, sintiendo que son feas, unas porquerías que no deberían vivir pero ¿Qué pasaría si esos malos pensamientos fueran muy lejos?