Imaginando.

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¿Aceptar o no aceptar la solicitud de amistad que me había mandado Sam? Esa era la constante pregunta que me hacía. Estaba impresionada ¿Por qué Sam querría enviarme una solicitud a mí? Seguramente se había equivocado. Me dirigí a su perfil y vi su foto y cuando la vi me dí cuenta que me seguían pasando las mismas cosas que me pasaban cuando lo veía en persona. Me sudaban las manos y sentía mariposas en mi estómago.

Aún estaba enamorada de Sam y eso me desilucionaba pero me había dado cuenta que ningún día lo había recordado hasta ese día.

Una lágrima desendió por mi mejilla al recordar cuanto daño me había hecho su comentario pero al mirar su foto de perfil se me formaba una sonrisa en la cara, es que salía tan malditamente hermoso. Pero al mismo tiempo lo odiaba. Tanto odio se formó en mi que apagué mi laptop y no respondí a su solicitud. Solo me dispuse a llorar recordando ese maldito día donde había pensado en suicidarme por culpa de él, su broma había sobrepasado todo lo que podía aguantar. Pero ni siquiera logré suicidame. No había logrado nada en mi vida hasta ese entonces.

Nuevamente estaba encerrada en mi habitación para no comer y mi mente comenzó a jugarme en contra.

-Así que...¿El lunes comienzas la escuela?- Bulimia sonreía malignamente.
-Tu ya lo sabes, lees mis pensamietos- Le contesté de una manera fría y le hablaba como si ella fuera real.
-Irás denuevo a lo mismo, burlas, bromas sobre tu cuerpo...-
-Ya lo sé- La miré enojada, solo quería que ella se fuera.
-!No me contestes ni me mires así Gabriela! Tu sabes muy bien quien es la superior y mas fuerte en esta habitación- Me decía gritando, pero solo yo la podía escuchar.
-!Claro que soy yo la superior y mas fuerte porque tu no eres real! !Y dejame tranquila de una vez!- Le gritaba muy fuerte sin importar que alguien me pudiera escuchar.
-Te estoy ayudando, eres una malagradecida Gabriela-
-!Gran manera de ayudarme!- Dije sarcástica- !Ahora vete!-

Ella solo me miraba, ya no respondía. Alguien tocaba la puerta de mi cuarto con desesperación.

-Gabriela ¿Estás bien? ¿Estás con alguien?- Decía papá.
-No papá, no estoy con nadie- Dije desde mi habitación mientras que él estaba afuera de esta.
-¿Por qué gritabas cariño?-
-Porque debía hacerlo-
-Está bien- Dijo de una manera triste y me dió mucha pena.

Miré por toda mi habitación buscando a Bulimia, y no estaba. Se había ido, que alegría.

Podía sentir la presencia de mi padre detràs de la puerta y oía como sollozaba. Me daba mucha pena que lo hiciera y fui a abrirle la puerta y fue en ese entonces cuando mi padre me dió un fuerte abrazo sin darme previo aviso, lleno de amor y cariño, podía sentir como me traspasaba su calor.

Los dos nos encontrabamos enredados en el mejor abrazo de nuestras vidas, mientras que al mismo tiempo llorabamos. 

-Por favor no lo hagas, no te encierres- Dijo mi padre con sus ojos brillantes, me estaba mirando directamente a los ojos. 
-No te lo puedo prometer- Dije agachando mi mirada. 
-¿Por qué?- Mi padre frunció el ceño. 
-Es algo que siento que debo hacerlo, como muchas otras cosas mas- 
-Quiero que vayas a la terapia psicologica cariño- 

Cuando dijo esas últimas palabras mi ceño se frunció y mi cara se enrojeció por la rabia. Empujé a mi padre hasta sacarlo de mi cuarto y cerré la puerta de un portazo y al instante le puse pestillo. No soportaba que me trataran de loca ¡No estaba loca! 

Comencé a pasearme por mi pieza para calmar mi rabia y fue ahí cuando a mi mente entró una pregunta muy interesante ¿Sam me habrá mandado una solicitud de amistad para decirme algo? Prendí rápidamente mi laptop y me metí a facebook, pero antes de aceptarlo quise reflexionarlo una vez mas ¿Lo aceptaba o no lo aceptaba?

El espejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora