Al despertar supe que todo lo malo comenzaría. Mi madre subió a mi habitación con desayuno pero lo ignoré y me fui directamente a la ducha, salí y me vestí rápidamente.
Antes de salir de mi habitación boté el desayuno en un pequeño basurero que había en mi cuarto para que mi madre no lo encontrara y solo me tomé el vaso de jugo y bajé hasta el living, donde estaba mi padre esperandome para llevarme a la escuela.
Me fui todo el camino callada, tenía miedo, mi padre no me preguntaba que me sucedía ya era mas que obvio. Me despedí de un beso en la mejilla y me bajé del auto y caminé hasta la entrada del colegio y antes de dar el primer paso en esa escuela inhaleé y exhalé aproximadamente tres veces para poder entrar.
Mis piernas temblaban y cuando di mi primer paso dentro de ese colegio quise explotar en lágrimas, rápidamente sentí como todos me comenzaron a mirar y soltar unas pequeñas risitas y seguí adelante y choqué con un chico, era atractivo pero claramente no era de mi gusto, sus ojos eran tan azules que daban miedo.
-Lo siento, disculpa, lo lamento- Dije repetidamente, estaba muy nerviosa.
-Ten mas cuidado, ve por donde caminas- Me dijo bruscamente y se apartó de mi dandome un empujón.
Me sentía pérdida, no sabía a donde ir, no tenía a nadie con quien hablar.
-Gabriela, ¿pero qué haces aquí?- Abrí mis ojos lo mas que pude, me sentía tan feliz de encontrar a esa persona justo cuando mas la necesitaba.
-¿Tu que haces aquí?-
-Me hubieras dicho de un principio que vendrías a está escuela- Me abrazó fuertemente y se me soltaron algunas lágrimas-¿Qué pasa?-
-Nada Alex, solo tenía mucho miedo- Me escondí en su cuello y pude oler el dulce olor de su perfume.
-Ven, vamos a preguntarle al inspector en que salón quedaste-
Caminamos hacía la oficina del inspector y le pregunté en que sala había quedado. Me dijo ''Ah, usted es la chica nueva, quedese aquí para que cuando toquen el timbre de incio de clases yo la pueda presentar'' era muy simpático. Alex se fue a su sala al tocar el timbre y rogué para quedar en su mismo salón. ''Sigame señorita Haro'' dijo el inspector y yo lo seguí.
El abrío la puerta del primer salón del segundo piso y entró y luego yo lo hice. Sentía como mis mejillas se ponían coloradas.
-Buenos días alumnos- Dijo el inspector con una voz estricta.
-Buenos días inspector-Dijeron todos al únisono, mientras que yo buscaba con desesperación a Alex.
-Les quiero presentar a Gabriela Haro-Yo solo miraba el suelo, no quería ver la cara de asco de ningún chico y/o chica- Está será su nueva compañera, espero que la reciban muy bien y que la traten con cariño, me retiro-
El inspector se fue y el profesor me indicó que me sentara en el asiento vacío que quedaba justo al lado de una chica, era muy linda y rápidamente me fijé en sus hermosos ojos verdes. Le sonreí y me sentí feliz al hacerlo y ella me devolvió la sonrisa y me hizo sentir mejor. Me senté a su lado y sentí como alguien tocía, voltíe buscando a quién lo hacía y me di cuenta que era Alex y que con su toz me estaba avisando que él estaba ahí y me sonrió. ¡Habíamos quedado en el mismo salón!
Por primera vez no estaría sola o por lo menos yo lo creía así.
La clase había avanzado rápido y tocaron el timbre para salir a descanso pero había pensado mal, Alex ni siquiera se acercó a mí, no me acompañó. Estaba sola otra vez.
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El espejo.
Teen FictionMuchas adolescentes viven día a día odiándose, sintiendo que son feas, unas porquerías que no deberían vivir pero ¿Qué pasaría si esos malos pensamientos fueran muy lejos?