Jared siguió observando atentamente la televisión, esperando entender el por qué de la fascinación -o quizás obsesión- de Scar hacia aquella película. Sin embargo, no podía parar se pensar en lo que acababa de hablar con su hermano, el cual iba a dormir fuera de casa. Era algo a lo que se había acostumbrado, pero en ese momento le resultaba incómodo pensar que dormiría completamente solo en casa.
El rubio salió del baño echándose su melena, aún húmeda, hacia atrás. Vestía una camiseta ligeramente ajustada y un pantalón largo, ambos de un blanco níveo, y sujetaba una toalla del mismo color con el brazo izquierdo. Fue descalzo hasta el salón, mirando extrañado la actitud de absoluto interés de Alec y su novio. Se acomodó en el sofá y trató de preguntarle al menor el por qué estaban tan concentrados en qué aparecía en la pantalla.-Es que quiero saber por qué insistías tanto en ver esta dichosa película -explicó el de ojos verdes, aún sin apartar su mirada de la televisión.
-Hnf... -suspiró el de la cicatriz-. No vais a entender mis razones por muchas veces que la veáis. Es algo personal.
-¡Entonces explícanoslo! -replicó rápidamente Jared con sorprendente énfasis.
-Si es algo personal lo último que querría hacer es explicarlo -aclaró el rubio-, ¿no te parece, Jim?
-¡Jared! -le rectificó éste-. Venga, cuéntanoslo. ¿Sí?
-No -contestó casualmente, como si su interés no le importara en absoluto-. De todas formas, ¿no deberías volver a casa? Se está haciendo tarde.
-Ah... -se paró a observar el plateado reloj de muñeca de Scar-. No pensaba en la hora que era... Sí, creo que es mejor que me vaya.
-Quédate a dormir -comentó repentinamente Alec, aún mirando la película, ya no por lo de su guardaespaldas, sino por interés propio.
-¿Quedarme a dormir aquí? -preguntó un tanto sorprendido.
-Sí -afirmó el menor-, se todas formas ya es muy tarde como para que te vayas. Y aquí hay espacio de sobra para que te quedes -continuó-. Ah, y así podrás terminar de ver la película. Quizás entre los dos podamos sonsacarle a Scar por qué le gusta tanto.
-Vaya -dijo el rubio-, me ha tocado estar con la parejita maniática que no me deja en paz de ninguna de las formas. Tal vez sea mejor que me encierre en mi habitación hasta mañana.
-Qué exagerado eres -replicó el menor.
-Yo diría que lo justo -contestó él, jugueteando con su cabello e inclinando ligeramente su cabeza.
-Eh... ¿Y donde se supone que voy a dormir?
-Con el enano. Yo no pienso compartir mi espacio personal. Lo siento, Jim.
-¡Que no me llames así! -se quejó éste, dándole un pequeño golpe en el brazo.
-Entonces... ¿Dormiré con Alec? -preguntó dubitativo-. ¿En vuestra casa? ¿Contigo aquí?
-Ehm, ¿sí?
-No me malinterpretes, es sólo que me resulta muy extraño.
-Ya, ya. Podéis follar si es eso lo que te perturba.
-Qué-...
-No, qué pereza -dijo el menor, que volvió a acomodarse bien en el sofá-. Ya si eso mañana. O ni entonces.
-...
-Puedo oír cómo se resquebrajan las esperanzas sexuales de Jim desde aquí -comentó burlesco, riendo brevemente.
-Oh, cállate... -replicó Chrobe con un tono de voz más bajo, como si estuviese molesto por la veracidad de aquello-. Y soy Jared, no Jim.
-Sí, sí...
Los tres continuaron viendo aquella película hasta que terminó, que fue cuando empezaron a llenar de preguntas a Scar, que se negaba a contestar a ninguna de ellas. Susurraba de vez en cuando, sobretodo cuando soltaban alguna duda absurda. Trató de mantener la calma, pero terminó levantándose del sofá, con toda la intención de alejarse de aquella tormenta de preguntas.
Sin embargo Jared le siguió allá donde fue, y se vio forzado a meterle en una situación incómoda para librarse de él.-¿Sabes qué? Me apetece ir desnudo -comentó mientras empezaba a quitarse la camiseta.
Siguió caminando de un lado a otro de la casa, esperando a que eso le diera una idea sobre qué haría si continuaba persiguiéndole, pero parecía no haberse dado cuenta. El rubio, pues, se paró únicamente para quitarse el pantalón con la esperanza de que al fin comprendiera la situación y le dejará en paz.
-¿Qué haces? -preguntó Jared bastante desconcertado.
-Ya te he dicho que quiero ir desnudo.
- Ah, vale -respondió con tranquilidad-. ... ESPERA, ¿QUÉ?
-Que quiero ir desnudo.
-¡NO, NO, NO! ¡NO QUIERO VOLVER A VER ESA COSA! -voceó alterado, exagerando sus movimientos y marchándose con indignación del pasillo en el que estaban, cogiendo a Alec de la muñeca, estirándolo hacia su habitación y encerrándose tan rápido como pudo.
-Ay, éste Jim... - dijo para sí, vistiéndose nuevamente-. Qué fácil de convencer es.
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Incompatible
RandomJared Chrobe, un joven de 19 años de edad, heterosexual y bastante atractivo, cae rendido ante la impenetrable y verdosa mirada de Alessandro De Loire, un chico extraño de 18 años con gustos igual de extravagantes.