Un mote y un papel

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Ambos habían acabado ya de deshacerse de toda aquella ropa. Sus desnudos cuerpos se encontraron por primera vez. Se acostaron lentamente y, de forma cuidadosa, se besaron continuamente. Los labios de los dos jóvenes no paraban de juntarse y separarse; húmedos, cálidos. Jared acarició aquel pálido cuerpo que tenía por debajo de él, su piel le resultaba agradable al tacto; frágil, suave. Alec abrazó la ancha espalda que tenía sobre él, dejándose llevar por los movimientos de su acompañante. Chrobe se deslizó por el ombligo del menor, haciendo que sus miembros se rozaran, y un escalofrío recorrió todo su cuerpo. El piel-pálida notó algo tenso; sintió cómo era fuertemente penetrado. Empezó a ser embestido una y otra vez, por lo que no pudo evitar soltar algún que otro suspiro interrumpido por los labios del mayor. Los impulsos eran cada vez más rápidos y bruscos. Liberó un gemido.

-...A-Aah...

-Mf... ¿Todo bien...? -preguntó el mayor mientras seguía introduciendo su húmedo pene.

-...Sí...Hah...

Las pulsaciones de ambos aumentaron, los choques eran aún más enérgicos y sus cuerpos empezaron a avivarse cada vez más. No paraban de oirse sonidos, gruñidos. El chico de ojos verdes hería aquella espalda por la fuerza que ejercía con sus manos sobre ésta, pero el de castaño cabello no le dio la más mínima importancia, pues estaba demasiado ocupado tratando de satisfacer ambas partes con sus movimientos.

-Hah... Hh... Fff.../ Más... Vamos... -susurró el más joven.

-...¿Más? ... Nh... -preguntó, insertando su miembro profundamente.

Alec volvió a gemir; tal vez de dolor, tal vez de placer, o tal vez de ambas cosas.

Pasaron unos minutos, tras los cuales Jared decidió cambiar la posición en la que se encontraban. Levantó al menor y lo dejó caer sobre sus hombros, estando aún sentado en sus piernas. Volvió a moverse una y otra vez, haciendo que su cuello fuese acariciado por aquellas delicadas manos.
Sus cuerpos, candentes, empezaron a acercarse a sus límites. Los dos acercaron su rostros, besándose y liberando al fin aquel espeso y semi transparente líquido blancuzco. Era obvio que Chrobe había terminado dentro, pero, ¿y Alec?

-Oh, wow... -comentó el mayor, al ver su abdomen-. Esto es extraño, hah...

El menor fue incapaz de hablar.

-No me esperaba esto -añadió mientras toqueteaba aquel líquido con sus dedos-. Parece una crema/

-¿Una crema?

-Sí, una/ Oh, ya sé; a partir de ahora te llamaré cremita -dijo acompañando su comentario con una pequeña risa.

-Estarás de coña, ¿verdad?

-Acabo de tirarme a un tío, estoy de todo menos bromeando.

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Scar continuó solitario en la casa, aburrido. Se sentía ignorado, culpable, estúpido, inútil. ¿Por qué debió decir aquello? Oh, por supuesto, porque le resultaba demasiado extraña la situación que estaba viviendo. Pero, ¿y si no lo hubiera dicho? ¿Se habría acostado con Alec sólo porque él quería? No, no podía hacer eso. A él no le gustaba Alec de esa forma. ¿Había hecho algo que hizo pensar al chico que sí le atraía? Quedó pensando aquello. Mierda, le había dicho que él era su mundo... Sí, eso sonaba completamente ambiguo. ¿No podía haber usado otras palabras? No. Tenía que decir aquello. "¿Por qué eres tan estúpido, Scar?", se dijo a sí mismo, "Se ha largado por tu culpa. Sí, es todo culpa tuya. Sólo tuya.", continuó, "...Si es que soy gilipollas..."
Seguía tumbado en la cama donde había vivido aquello, pero tras procesar aquellos pensamientos, se levantó. Fue al salón, directo a un mueble de madera de un tono oscuro, y abrió un cajón. En él, agarró un pequeño bloc de notas, estiró una hoja y cogió un bolígrafo.

Dejó la nota en la mesa y se fue de aquella casa.

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Alec golpeó la cabeza de Jared, no con la intención de herirle, sino más bien a modo de queja.

-Ni se te ocurra llamarme así.

-Ahh... -susurró, acariciando la zona donde había recibido el golpe- Sólo lo haré cuando estemos a solas, si es que es eso lo que quieres.

-...Si me llamas así, entonces yo te llamaré hetero de fachada. ...He-de-fa. Hedefa. Suena absurdo. Perfecto.

-¿Hedefa? ...¿Qué? Lo de cremita tiene su lógica, pero... ¿hedefa?

-Sí, Hedefa; hedefa.

-Venga ya, no puedes ponerme semejante nombre... Suena horrible.

-Mejor.

-Pff... Si quieres ponerme un mote, búscame otro, anda... Hedefa me hace pensar en alguna especie de enfermedad rectal, y eso es asqueroso.

-Bueno, acabas de tener sexo anal; ahora sí tiene su lógica.

-...No me jodas.

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