Jared se burló de su hermano tan silenciosamente como le fue posible.
— Sería mejor que saliéramos de aquí y habláramos en otro sitio, ¿no te parece? Tal y como estás reaccionando a todo lo que te digo vas a acabar despertando a Menta y te va a meter una paliza. Y yo le ayudaré.
— Está bien, está bien— aceptó, aún riéndose— . Vamos a mi habitación.
Ambos se levantaron sigilosamente, tratando de evitar hacer cualquier ruido, y salieron de allí. Inmediatamente entraron en el cuarto de Jared.
— Bien, ahora sí— murmuró el pelirrojo, acercándose a su hermano y golpeándole en el brazo— . ¡No soy un libertino!
— ¡Agh! ¡Max!— se quejó, mirándole mal y devolviéndole el golpe.
— ¿Estás buscando pelea? ¡Porque no pienso perder contra alguien que iba de hetero y ha acabado enamorado de un tío!
— ¡Deja de recordarme eso, maldita sea!— replicó, colocándose en una posición ofensiva y preparándose para seguir con la pelea.
Los hermanos Chrobe estaban a punto de continuar a puño limpio la discusión, pero entonces sonó un teléfono y se vieron interrumpidos.
— Ah... Es mi móvil. Espera — pidió Max, descolgándolo— . Bueeeeeeeeenos días, X — saludó de forma muy cariñosa y alegre.
— Uh--- Buenos días, Max— contestaron al otro lado de la llamada.
— Pero qué... — dijo su hermano en voz baja, observando bastante extrañado.
— ¡Shhhh! — lo mandó a callar y continuó hablando por el móvil— . ¡Te acabo de decir que esperes!
— ¿Ah? ¿Qué dices?
—No, no. Era para mi hermano, que no hace otra cosa que molestar.
— Oye, que te he oído.
—¿Qué tal estás?— siguió hablando el pelirrojo, ignorando completamente a Jared y saliendo al balcón.
— Pero será...— comentó para sí, empezando a irritarse.
Jared ya había sido cruelmente rechazado, se había metido en problemas con su hermano, su ex-novia acabó yéndose sin más, no se le pudo confesar debidamente a su querido Alec, no pudo continuar con la pelea a puño limpio contra Max, y ahora mismo lo estaba ignorando.
Ni tan siquiera sabía con quién demonios hablaba su hermano mayor, ni quién diablos era su novio, ni lo que había estado haciendo fuera de clases mientras estaba en Finlandia.
Y seguía traumatizado con el miembro de Scar.
Volvió a la habitación de Max para ver si el menor seguía dormido o si, por casualidad, había despertado ya. Nada más asomar la cabeza en el cuarto, recibió un zapatazo en toda la cara.
— ¡No paras de hacer ruido, joder!— gruñó el piel-palida, tumbado aún en la cama y mirando molesto a Jared.
— ... Pero qué habré hecho yo ahora ... — volvió a cuchichear en voz baja— . Veo que ya has despertado, Alec— trató de calmarse, aún sin moverse de donde estaba.
— Eres demasiado ruidoso.
— ¿Por qué lo dices?— trató de comprender.
— Antes has gritado y me has despertado. Y te has ido a yo qué sé dónde. Y ahora me he vengado.
— Oh, entonces lo has oído-- ... Espera, ¿qué has oído exactamente?
— Qué más da.
— No, dímelo.
— ¿Para qué?
— Mi orgullo depende de lo que hayas oído.
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Incompatible
RandomJared Chrobe, un joven de 19 años de edad, heterosexual y bastante atractivo, cae rendido ante la impenetrable y verdosa mirada de Alessandro De Loire, un chico extraño de 18 años con gustos igual de extravagantes.