Un secreto y una caricia

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Jared había ido diariamente al lugar donde se cruzó con aquella impenetrable mirada que le atravesó el alma, pero no fue hasta días más tarde que se reencontró con él. Se sentía emocionado, eufórico por volver a verle, pero su mente decidió no mostrar tales sentimientos de manera pública, por lo que lucía algo serio. Mientras éste trataba de verse algo rudo, Alessandro volvió a sentarse en el mismo banco sin esperarse la compañía de aquel molesto individuo de cabello castaño. Al cabo de unos segundos, Jared decidió colocarse a su lado.

-Hey, ¿qué tal? -preguntó Chrobe en su intento de iniciar una conversación.

-¿Otra vez tú? No sé qué haces junto a mi, ¿por qué no estás ligando con alguna chica?

-Como dije ayer, despertaste mi interés, y que pierda mi curiosidad en ti te resultará bastante complejo dada mi persistencia.

-Qué tipo más pesado eres... No sé si alegrarme de haber forjado mi paciencia viviendo con Scar... -contestó el joven tras un largo suspiro.

Jared sonrió con la respuesta del chico de brillantes ojos verdes, sintiéndose ahora más cómodo a su lado y apartando inconscientemente su aspecto serio.

-Entonces imagino que debo dar gracias -dijo riendo de nuevo-. A todo esto, no sé mucho sobre ti, sólo que tienes dieciocho años y que Scar te tiene vigilado... Háblame de ti.

-No tengo demasiado que decir... Así que creo mejor que sea al revés.
-Está bien. Como ya sabes, me llamo Jared Chrobe. Soy mayor de edad, igual que tú, aunque te supero de un año/

-Diecinueve -contestó el menor, interrumpiendo a su acompañante.

-Sí, 19. Me gustan las mujeres, cosa que también sabes de mí, y como ya confío en ti, te diré que me gusta el sexo.

-Para mí es totalmente irrelevante que te guste follar, pero bueno... Qué remedio... A mí me gustaría comerme tu polla.

-...¿Qué?

-Es coña. Pero sí me gusta el BDSM.

-¿Qué es eso? -preguntó confuso Jared.

-Bondage, Domination, Sadism, Masochism -contestó Alec mientras observaba a la gente jugando.

-Ya veo... Es una especie de fetiche sexual, ¿no?

-Algo así...

La conversación se volvió un tanto incómoda, al menos para el joven heterosexual, pues Alessandro seguía mirando indiferente a la multitud. Tras un par de minutos de puro silencio entre ambos, Jared le preguntó a su compañero si hoy también vendría Scar a recogerle, a lo que éste le contestó que no lo sabía aunque suponía que sí.

-Él dijo que te vio crecer, por lo que imagino que os conocéis se siempre, ¿no?

-Sí, y sigue siendo igual de molesto. O puede que incluso más, no sé. Lo que sí sé es que tiene 20 y parece más infantil que alguien de 14... Al menos según mi punto de vista.

Chrobe rió de nuevo con los comentarios de aquel chico frívolo que estaba sentado a su lado y, cada vez más cómodo, se preguntó si aceptaría pasear con él. Estuvo indeciso, dudaba si preguntárselo o no, pues preferiría no conocer su respuesta antes que ser rechazado. Sabía que era bueno con las chicas, pero obviamente esa experiencia no le servía de nada con un chico. Desconocía completamente el comportamiento masculino, aún más el de Alec, pero decidió intentarlo. Al fin y al cabo, no perdía nada en preguntarle.

-Oye, Alec; ¿quieres ir a pasear por ahí?

-¿Por qué?

-No sé, ¿no te parece algo monótono este paisaje?

-Está bien mientras no me jodas continuamente con eso, como haría el estúpido de Scar... ¿A dónde quieres ir?

-Donde quieras, cualquier lugar está bien.

-Entonces sígueme.

Ambos se levantaron, Alec tomó la delantera para guiar a Jared y se dirigieron a la casa del primero.

-¿Por qué hemos venido aquí, estás cansado?

-No, simplemente estoy más cómodo aquí. Y así el molesto rubio ese no me pondrá límite de horario.

-Oh, entiendo... -dijo empezando a incomodarse al saber que estaba a punto de entrar en la casa en la que vivía el chico cuyos ojos verdes adoraba.

Una vez dentro, vieron a Scar durmiendo en una posición que parecía poco confortable. Alec sintió lástima por ese guerrero que ahora posaba ridículo en el sofá y le puso una manta al ver que su guardaespaldas sentía un poco de frío. Seguidamente, él y Jared se dirigieron a su habitación, lugar en el cual podrían hablar sin preocuparse por despertar al tipo de la cicatriz.
Tras una breve conversación en la que se contaban con profundidad qué cosas les gustaba a cada uno, el chico de castaño y corto cabello soltó una inesperada frase:
"A mí me gustaría haber hecho esto hace ya tiempo..." tras la cual apartó la tela que cubría el rostro de Alessandro y besó con sus húmedos labios los rosados y secos de su acompañante.

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