— ¿Ves? Te dije que acabaría molestándose con todo el ruido que estamos haciendo — refunfuñó Jared, girándose rápidamente hacia su hermano.
— No... Creo que él ha dicho otra cosa— comentó el pelirrojo— . Es más, estoy seguro de que eso no tenía nada que ver conmigo — añadió, tratando de ocultar su irritación hacia el estúpido de su hermano menor que parecía no enterarse de nada.
Alec se sentó en el suelo, junto a ellos. Observó a ambos Chrobe, escuchando, en silencio, la conversación que estaban teniendo. Lucía como un niño pequeño mostrando gran interés por cualquier pequeñez.
— Eso lo dices porque no quieres admitir que eres ruidoso— se quejó nuevamente— . Tanto decir que tengo muchas cosas negativas, y después... Mírate.
— No, realmente no te estás dando cuenta de lo que acaba de pasar... — contestó aún más molesto el mayor — . De verdad... Estúpido sordo esquizofrénico. Menta, ¿estás seguro de que quieres a mi hermano? Ahora mismo estás viendo su verdadera naturaleza estúpida, sorda y esquizofrénica. ¿No tienes dudas? ¿No quieres cambiar de opinión? Quizás te arrepientas en un futuro. Piénsatelo. Hasta a mí me avergüenza este tipo. Ni siquiera sé quién es.
— ¿Pero qué demonios estás diciendo, Max?— preguntó Jared, desconcertado a más no poder. Perdido en la conversación.
— ¿¿Ves, Menta?? ¿No prefieres estar con Scar? Él no es un tremendo idiota.
El menor echó una pequeña burla al ver el tipo de discusión que estaban teniendo los hermanos Chrobe enfrente de él y sobre él.
Se acurrucó al lado de Jared, aún con un gesto risueño, y observó desde ahí el confuso rostro del de castaño cabello.— No entiendes nada de lo que está pasando, ¿verdad que no? —cuestionó el piel-pálida.
— No.
— Te he dicho que aceptaba salir contigo. Que aceptaba ser tu pareja.
— Y soportarle por un tiempo también —añadió el pecoso— , porque mírale. Es más pesado que una maruja.
— ¡Idiota! —gruñó éste tras oír a su hermano mayor—. ¡Eso no es cierto!
— ¡Sabes que sí! ¡Que no haces otra cosa que molestar! ¡Encima que me he preocupado por esta relación, y así me lo agradeces! ¡Para esto me podría haber quedado en Finlandia! —se reprimió durante unos segundos, queriendo cambiar de tema—. Además... ¡Acaba de aceptar ser el novio de semejante patán con fachada de hetero! ¿¡Por qué demonios me prestas atención a mí y no a él!? ¡Mira que eres estúpido con las prioridades!
— ¿Ah? ¿Qué? ¿Qué dices? ¿Que me ha aceptado?
— ¡Pero si es la cuarta vez que lo decimos! Menta, ¿de verdad que estás dispuesto a salir con ese estúpido sordo esquizofrénico?
— Sí, estoy seguro —respondió entre burlas.
— Ah--... Vaya. No sé qué decir ahora—comentó Jared con cierta vergüenza.
— Hnf... —suspiró el pelirrojo—. Jared, hermanito, de verdad... No hay quién te entienda. ¿Por qué no le besas y ya está? Mira que es fácil pensar en ese tipo de cosas.
— Ah--... ¡Cállate! ¡No estoy como para pensar en eso! ¡Déjame en paz!
Sin embargo, a pesar de quejarse de ello, Jared hizo caso a su hermano y besó a Alec.
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Incompatible
RandomJared Chrobe, un joven de 19 años de edad, heterosexual y bastante atractivo, cae rendido ante la impenetrable y verdosa mirada de Alessandro De Loire, un chico extraño de 18 años con gustos igual de extravagantes.