CAPITULO 9

5.3K 698 84
                                    

Salí realmente aturdida de hablar con la Pitonisa. Anael me observaba pero no preguntó nada.

-¿Lista para regresar? -Inquirió.

Yo asentí y nos trasladamos al Templo de los Alados. Cuando llegamos un impaciente Adriel nos esperaba.

-¿Por qué tardaron tanto? –Nos reclama.

-¿Cuál es el apuro? –Consulta Anael cruzándose de brazos.

-Avistamiento de demonios, numerosos.

-¿Dónde?

-Mejor pregunta dónde no, en Berlín, Austria, Brasil, Tokio, creo que están buscando la llave.

-Entiendo, pero alguien debe cuidar al chico.

-Yo lo haré. –Me ofrezco.

Ambos se me observan poniendo en duda mis capacidades de niñera.

-Sé lo que la Pitonisa les dijo, pero estoy bien. No siento nada por él, es mi enemigo. –Trato de sonar firme y lo logro, parecen convencidos.

-Confiamos en ti Jade. -Anael lo dice, pero no suena convincente.

-No los voy a defraudar ¿Qué puede pasar? ¿Qué muera de aburrimiento?

-Jamás has rechazado una misión. –Anael me mira expectativo.

-Ustedes son más poderosos que yo, y necesitan que alguien se quede. Así que... -Me encojo de hombros.

-Está bien, sólo no te acerques a él.

-Oka. –Contesto mirando hacia su jaula de energía

-Es enserio Jade, no te acerques a él. –Me repite. –Prométemelo.

-¿Dudas de mí? –Le devuelvo la pregunta.

-No es eso Jade es solo que...
-Calla y prestan atención, yo también puedo oírlos, los ángeles nos hablan, piden apoyo.

-Debemos irnos ya Anael. –Le indica Adriel, él asiente y desaparecen. Ufff salvada por la campana. Si prometes algo a un ángel, debes cumplirlo.

Me aproximo a los cristales y miro a Owen, sigue sentado, cruzado de piernas, con las manos reposando en su regazo.

-Vaya que te ves hermosa con esas alas, pareces un ángel.

No le respondo.

-¿Por qué me miras de esa manera? –Pregunta frunciendo el ceño.

-Hoy conversé con la Pitonisa.
–Contesto.

-La bruja vidente, he escuchado sobre ella ¿Y?

-Me ha revelado importante información.

-¿Y qué tiene que ver eso conmigo? Me estás viendo como si quisieras matarme o algo así.

-¿Qué tienes el poder de leer la mente? –Respondo cortante, logrando su atención, se coloca de pie.

-¿Qué te dijo la vidente?

-Qué tú. –Lo señalo. –Liberarás al Oscuro porque deseas ser un demonio puro.

No me contesta pero por su reacción, sé que es cierto.

-Sólo él puede hacerlo. -Agrega sin negarlo.

-¿Y por qué no viajas al inframundo y tienes una plática paternal con él?

-Por su aislamiento, sólo escuchamos su voz, necesito liberarlo, ya que ahora está débil.

-No puedo creer que lo admitas, ¡Estás loco! –Le espeto.
–Condenarías a la humanidad por un estúpido capricho.

-Él me ha prometido ser su mano derecha, gobernar a su lado, tú no lo entiendes. He sido humillado toda mi vida por no ser un demonio completo, no tienes idea las cosas que he hecho para ganar un poco de respeto.

-¿Y te sientes orgulloso de eso?
–Casi grito.

-No. –Me dice con sinceridad.

-Si tú mueres, todo se resuelve.

Una espada refulgente aparece en mi mano.

-Acabemos con esto de una vez.
–Lo amenazo y con el pie, muevo uno de los cristales, quedando libre de su cautiverio.

-No pelearé contra ti. –Me hace saber.

-Qué pena porque no tienes otra opción.

Me abalanzo contra él con la espada en alto, pero lo que hace es esquivar mis ataques, se mueve rápido pero yo también, es como si ambos anticipáramos la estrategia del otro.

-Jade detente. –Me pide mientras que la espada se incrusta en uno de los pilares. Pero no lo escucho, sigo arrematando contra él, mientras que las lágrimas mojan nuevamente mis mejillas.

En un inesperado movimiento me quita la espada, arrojándola al suelo, trato de llegar a ésta pero me lo impide sosteniéndome por la cintura. Comenzamos a pelear cuerpo a cuerpo, la ira se apodera de mí y voy ganando terreno, lo golpeo con rudeza, hasta que cae, con mi poder de telequinesis, llamo a la espada y se coloca en mi mano, lo tengo bajo mi peso, él no hace a defenderse, tengo la espada en alto, solo debo dejarla ir, lo intento, pero no puedo.

Lloro de frustración, no puedo matarlo ¿Por qué? Me quito de encima y la espada se desvanece, me recuesto sobre uno de las columnas y comienzo a llorar. Él se incorpora, acercándose a mí para luego abrazarme, no lo rechazo, por el contrario correspondo a su abrazo.

-Jade. –Me llama.

Nuestras miradas se encuentran, seca mis lágrimas con su mano. Esa extraña sensación me invade, quiero que me bese, desesperadamente, él parece sentir lo mismo, se aproxima hasta sentir su cálido aliento sobre mi rostro, posa sus labios sobre los míos y los aprisiona con delicadeza, su lengua busca la mía y el beso se sincroniza. No puedo explicar las sensaciones que me invaden ¿Qué me ocurre? Mis brazos lo rodean por el cuello, nuestros cuerpos se unifican.

No quiero que se detenga, ¿Por qué estas emociones? La Pitonisa tenía razón, lo amo, amo a Owen ¿Cómo es eso posible? Dejo de pensar, me entrego al beso, me pierdo en el mar de sentimientos que me invaden, no tengo escapatoria, estoy perdidamente enamorada de él.

********

Como que las cosas se complican, pobre Jade, no me gustaría estar en sus zapatos, bueno quizás sí, si tengo a un demonio como Owen conmigo jajaja.

Luz y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora