CAPITULO 51

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Papá me abrazaba con tanta fuerza que me dolían las costillas, mamá no paraba de llorar, el reencuentro fue muy emotivo. Tengo que admitir que estaba feliz de ver a mi familia de nuevo. Cargué a mi hermano acurrucándolo en mi pecho, había crecido mucho desde la última vez que lo vi.

Owen se mantenía a distancia, papá y él no se llevaban bien, por razones obvias, me extrañó no ver a Adriel.

-¿Dónde está Adriel? –Consulté a la vez que mi hermano jalaba mi cabello y se reía de su fechoría.

-Él fue reasignado. –Contestó mamá, intercambiando una mirada con mi padre.
-¿Reasignado? ¿Cómo es eso? _Frunzo el ceño.

-Jade, Adriel estaba a prueba y no la pasó.

-¿A prueba? –Cuestionaba cada cosa que me decían sin entender.

-Él es nuevo, pidió ser ángel guardián, por eso se te asignó, para que ambos aprendieran del otro, pero el experimento no funcionó. _Explicó papá.

-¿Acaso soy la causa de que él se marchara? –No tuvieron que contestar, lo leí en sus miradas y me sentí terrible.

-Nunca quise, no era esa mi intención. –Devolví a Adriel Junior a mi madre.

-Lo sé cariño. –Papá me acaricia la mejilla.

-¿Quién será mi mentor ahora? _Quiero saber.

-Seré yo. –Yeialel aparece sonriendo como siempre.

-Debí sospecharlo. –Sonreí de medio lado.

-¿Desilusionada? –Parecía dolida.

-No, para nada, eres mi amiga.

-Gracias por catalogarme como tu amiga, es un honor para mí.

-Y dime ¿Qué va a pasar con él? _Indago.

-Estará bajo la custodia de Anael, hasta que aprenda más su labor.

-¿Él ya lo sabe? –Juego con mis dedos nerviosa.

-Sí, ya ha sido informado.

-¿Puedo hablarle? Necesito hacerlo.

-No está permitido Jade, no por el momento.

-Entiendo. –Una gran tristeza me embargó, me sentía responsable de su partida.

-Díganme ¿Ya decidieron qué hacer con las llaves? –Los ojos cafés de Yei se clavaron en Owen y en mí.

-No, pero creo que lo más inteligente es destruirlas. –Owen se encuentra cruzados de brazos recostado a la pared.

-No es tan sencillo hacerlo. –Yei baja la mirada.

-¿Por qué imaginé que dirías eso? _Pongo los ojos en blanco.

-Las llaves fueron hechas en el cielo, son sagradas, fueron labradas en oro puro, fundidas con fuego celestial, y hay otro elemento que no existe en la tierra, que forma parte de su textura, ningún medio conocido puede destruirlas.

Owen se ríe, es una sonrisa cargada de sarcasmo.

-¿Qué te parece tan divertido? –Mi padre sale a la defensiva.

-Que los ángeles todo lo complican, esto es una mierda.

-Cuida tu boca. –Papá reacciona de inmediato.

-Por qué habría de hacerlo, por decir la verdad. –Ambos se enfrentan, me pongo en medio de ellos, con los brazos extendidos a los lados los separándolos.

-Explícate Yeialel. –Le pido antes que mi progenitor mate a mi novio. –¿Existe o no un medio de destruirlas?

-Sólo uno, las llaves deben ser fundidas por el fuego del Ave Fénix.

-Perdón. –Repetimos en coro todos los presentes.

-El Ave Fénix es un ser puro, renace de sus propias cenizas. Es un símbolo de la muerte generada por el fuego, la resurrección y la inmortalidad. Sólo sus llamas son capaces de derretir lo que ha sido forjado en el cielo.

-¿Y son reales? Es decir ¿No son mitos? –Expreso dubitativa.

-Existieron aquí hace miles de años, al igual que los dragones, los unicornios y otras criaturas que ahora son sólo cuentos para niños. Pero al ver su existencia amenazada por la maldad de la humanidad, se vieron obligados a irse a otro mundo, uno paralelo al nuestro.

-Es decir, que podemos ir a buscar uno, tú puedes llevarnos ¿Cierto? _Alegué esperanzada.

-Sí, puedo abrir un portal, pero hay un problema.

-¿Por qué no me sorprende? _Owen luce de verdad contrariado.

-Las llaves no pueden ser trasladadas a ese lugar, es decir, que deben traer un ave con ustedes.

-Oh claro, de lo más sencillo. _Agrego empezándome a dar migraña.

-Jade, te un poco de fe. –La voz de mamá sonó con seguridad, pero no surtió el efecto deseado. Recogimos las siete llaves, sobrevivimos a las siete pruebas y ahora resulta que debemos otra vez, viajar a un universo paralelo al nuestro y traer un ser mitológico capaz de destruir las llaves. Sí, súper fácil.

-Lo lamento, yo no impongo las reglas. –Se disculpa Yei.

-Lo sé, es solo que, todo esto es una maldita locura. –Estoy tan enojada que las manos se convierten en puño. Siento a Owen a mi lado, coloca un beso en mi frente, me abraza con ternura. No sé por qué solo él tiene el poder de tranquilizarme.

-Nosotros cuidaremos las llaves en su ausencia. Las llevaré al Templo de los Alados y pondré a un ángel a custodiarlas. -Nos indica mi nueva tutora.

-Creo que deberíamos de ir ya, no debemos posponer esto más. –Le digo a mi demonio, quién asiente con un movimiento de la cabeza.

-Abre la puerta Yei, terminemos con esto de una vez por todas.

-Hay algo más que deben saber, no pueden traer al ave sin su autorización, debe venir con ustedes por su propia cuenta.

-¡Genial! Esto se pone mejor. –Expreso tratando de calmarme.

-Buena suerte, recuerden que el Fénix es una criatura noble, no lo maltraten, no lo asusten, de lo contrario no obtendrán su propósito. Gánense su confianza, háblenle con el corazón, solo así lograrán su objetivo.

-Gracias por el consejo. –Responde Owen.

-Acabamos de reunirnos y ya partes. –Mamá se acerca a mí.
–Pero comprendo que es tu deber hacerlo, cuídate mucho mi amor.

Me despido de mis padres, aunque sé que no será por mucho, o eso espero, todo sea por salvar a la humanidad y evitar el apocalipsis prematuro. Sé que la venida del Señor está pronta, pero aún no es hora, y me encargaré que eso siga así, cueste lo que me cueste.

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Hola a todos y todas, me han estado pidiendo actualización y aquí los complazco. Sé que está corto, pero yo improviso los capítulos, el día que los escribo, los publico, y casi siempre como llego temprano al trabajo, lo hago en una carrerita. Pero recuerden, estoy estudiando y hasta que termine este cuatrimestre, mi tiempo está contado.

Gracias por su paciencia y comprensión, un abrazo. 😘

Luz y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora