CAPITULO 13

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El frío me estremecía, tanto que tiritaba, miré a mi alrededor, por doquier la nieve lo cubría todo. Me cubrí con mis alas y es cuando lo entendí, me encontraba soñando posiblemente con la ubicación de la tercera llave y si era así, Owen estaba aquí también.

-Sal donde quiera que estés. -Le ordené con dificultad debido al hielo que calaba en mis huesos, sin recibir respuesta. _No juegues conmigo a las escondidillas, sé que estás aquí puedo sentirte.

Me abrazó por detrás colocando un beso en mi cuello haciendo que un escalofrío me recorriera que nada tenía que ver con el frío.

-¿La sientes? -Me indica, sabía a qué se refería, asentí con un movimiento de la cabeza.

-Está aquí pero no determino su ubicación. _Expreso.

Un manto blanco se extendía hasta el horizonte, extraño lugar para ocultar una llave pero también estratégico. Caminamos hasta que la señal se incrementó, y digo señal, porque entre más cerca de la llave, algo en nuestro interior nos advertía de su cercanía.

-¡Esto debe ser una broma!
-Exclamó Owen viendo el enorme mar congelado que nos recibió.

-¿Está debajo del agua? -Pregunté.

-Que conveniente. -Se abrazó tratando de entrar en calor.

-No te parece extraño que tengamos frío, si esto en un sueño no se supone que debería de ser así.

-No necesariamente. -Contestó mientras sus mejillas tomaban un carmesí al igual que las mías.-¿Por qué no hemos despertado? -Me hace la observación.

Era cierto, siempre que se nos mostraba el lugar despertábamos de inmediato.

-Jade, Owen. -Una voz suave y amigable nos llamó.

Volteamos al mismo tiempo, una figura de luz nos iluminó, por su aura es un ángel. Owen me puso detrás de él como tratando de protegerme, pero yo no tenía miedo de los Enviados del Altísimo.

-¿Quién eres? ¿Qué quieres? _Indagó Owen desconfiado.

-Soy el Mensajero de Dios.

Me quedé atónita, era la primera vez que veía a un arcángel. Mamá y papá hablaban de ellos, de niña soñaba con conocer uno y ahora se cumplía.

-No teman, no les haré daño.

-No me fío de los tuyos. -Le dice Owen retrocediendo unos pasos.

-Es extraño que lo menciones porque amas a uno de los nuestros.

Owen me miró bajando la mirada.

-Ella es diferente, es mitad ángel.

-Owen, no debes confiar en el Oscuro, él sólo te dice lo que quieres escuchar.-Le advirtiendo.

-No, me advirtieron que tratarían de convencerme.

-Escúchalo. -Le recomendé.

-Tú no eres como ellos, por eso estás enfadado, ¿De verdad quieres ser un demonio? Si esto llegara a pasar, perderías uno de los más hermosos dones, el amor. Al ser tu padre mitad ángel, te dio este hermoso regalo, la capacidad de amar.

-No me interesa, él me lo prometió y sé que lo cumplirá.

-Lamento que pienses de esa forma. El Supremo te da la oportunidad de unirte a nosotros, él te librará de tu mitad demonio, Jade y tú podrán estar juntos. ¿No es eso lo que quieres? O anhelas más obtener las llaves, destruir a la humanidad y perderla a ella para siempre. -Le señala.

-Deja de tratar de manipular mis sentimientos, no cederé.

-Es una pena, porque morirás y condenarás tu alma para siempre.

-¿Me estas amenazando?

-No, te estoy indicando cuál será tu futuro. -El arcángel dirige su mirada hacia mí. -Jade, tus padres ya saben de tu desaparición, están muy preocupados, toma mi mano, regresaremos con ellos. -Me extiende su mano, me quedo meditando qué hacer. Miro a Owen, no me quiero separar de él, quizás podría convencerlo.

-Dame una oportunidad. -Le digo mentalmente.

-¿Crees poder hacerlo? -Me contestó. Owen nos miraba a ambos, él no podía oír nuestra conversación privada.

-Dile a mis padres que los amo, que estoy bien, ya sabes dónde está la tercera llave, avisa a Anael y Adriel.

La intensa luz nos sega momentáneamente, desapareciendo, despierto al instante.

Me enderezo, Owen está a mi lado.

-¿Por qué no te fuiste con él?

-Estoy donde debo estar. -Respondí.

Osen se acercó a mí, besó mis labios con ternura, había más bondad en él de lo que él mismo admitía.

-Hora de ir por la tercera llave. _Me indica.

Le sonrío, jamás dejaría que se apropie de otra llave, esta vez seré firme, debo serlo por el bien de la humanidad.

Luz y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora