CAPITULO 47

4.5K 501 83
                                    

(Primera parte)

Desperté con una extraña sensación, no sé por qué pero presentía que algo no estaba bien y lo reconfirmé, al mirar a un costado y verme a mí misma durmiendo a mi lado. Me enderecé de manera precipitada y observé mis manos, quité la sábana que me cubría y en definitiva, ésta no era yo. En completo estado de pánico, me dirigí al baño y vi mi reflejo en el espejo, sin poderlo evitar grité de la confusión, haciendo que mi doble se despertara y escuchándola maldecir al ver su estado.

-¿Qué demonios sucede? –Expresó mi otra yo, saliendo de la cama.

-Dímelo a mí. –Contesté masajeando mi sien, ya que me empezaba a dar migraña.

-¿Jade? –Me preguntó. -¿Eres tú? _Su ceño se frunció.

-Por lo visto los ángeles tienen un pésimo sentido del humor e intercambiaron nuestros cuerpos. –Respondí frustrada. -¿Cómo carajos haces para caminar con esto entre tus piernas? –Levanto el bóxer notando mis partes íntimas, o debería decir las de Owen, de inmediato me sonrojé.

-¿Así? ¿Y qué me dices de éstas? _Toca mis senos. –Y me siento extraño ¿No estás en tus días verdad?

-Oh por favor, si estuviera en mis días, créeme que lo sabrías. –Me crucé de brazos.

-¿Qué se supone que esto significa? ¿Otra prueba? –Me interrogó Owen en mi cuerpo, lo cual es realmente incómodo.

-Cómo voy a saberlo. –Mi humor iba de mal en peor.

-Tranquilos, todo tiene una explicación. –Yeialel apareció de la nada en la habitación. Ambos volvimos a verla.

-¿Y cuál es? –Bufo molesta.

-Eso tendrán que averiguarlo ustedes. –Nos sonríe.

-¿Es otra prueba? –Owen la encara.

-Sí, lo lamento, yo no lo planifico.

-¿Y ahora qué? no te vas a ir sin darnos respuestas. –Trato de acorralarla, pero ella vuelve a sonreír con calma.

-Les recomiendo que se vistan, saldremos en diez minutos.

-¿A dónde? –Preguntamos mi demonio y yo al mismo tiempo.

-Ya lo sabrán.

Resultó el triple de embarazoso vestirme, no estaba acostumbrada a este cuerpo, aunque tenía que aceptar que me gustaba lo que veía, claro, todo lo relacionado con Owen me encantaba, aunque caminar me era un poco difícil, debía acostumbrarme al hecho que ahora era hombre.

Cuando estuvimos listos, pasé mi mano por mi rostro, sintiendo la leve barba que se formaba en mi cara.

-¿Deberías de afeitarte más seguido? Pica. –Hice la observación.

-Nunca antes te quejaste de eso._Replica Owen terminando de ponerse las botas y atándose los cordones. –Odio esta situación, me siento tan frágil, y escucha mi voz, cuando tú hablas es música para mis oídos pero ahora, estando aquí dentro, me siento tan afeminado.

-¿Tienes algo en contra de los gay?

-Nada en lo absoluto, pero sabes perfectamente a lo que me refiero.

-Sí te entiendo.

-¿Listos? –Yei se materializó en frente de nosotros, casi me da un infarto.

-Deja de hacer eso. –La regaño. _Existe algo que se llama privacidad, toca la puerta como una persona normal.

-Soy un ángel. –Me dio como excusa.

-Sí bueno, aun así. –Le indiqué.

Yei no contestó pero por su expresión, se divertía con nuestra situación, y no hizo más que enfurecerme más. Tomamos sus manos siendo trasladados a una planicie, unas montañas rocosas rodeaban todo alrededor, el terreno es árido, una neblina tapaba nuestros pies, el panorama parecía sacado de alguna novela de hombres lobo o vampiros, esperaba ver salir a Drácula en cualquier momento.

Luz y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora