CAPITULO 16

4.7K 625 15
                                    

-Agatha. -Una voz como un susurro me llamaba. -Agatha.
-Desperté y me di cuenta que me encontraba sola, Reivel no dormía junto a mí, lo cual me extrañó. Me levanté con cuidado, ya que por el embarazo, hacer esta maniobra se había convertido en todo un suceso, miré a mi alrededor, para encontrarme de frente con mi madre.

-Mamá. -La nombré con las primeras lágrimas desbordándose por mis mejillas.

-Hija. -Me sonrió.

-¿Estoy soñando? _Ella asintió.

-Me fue permitido visitarte a través de tus sueños.

-Me alegra tanto verte, te extraño y a papá. ¿Cómo se encuentra él?

-Te manda todo su amor y nosotros también te extrañamos, pero desde el cielo siempre estamos pendientes de ti y de nuestra nieta.

-¿Es sobre Jade? ¿Verdad? Por eso estás aquí. _Ella nuevamente asiente con un movimiento de su cabeza, una sonrisa triste se dibuja en su pálido rostro.

-Escucha con atención, en el libro hay un hechizo para deshacer lo que hiciste al darle la mitad de tu esencia vital a Reivel.

-Pero si lo hago ¿Él morirá?

-No, el conjuro únicamente romperá el lazo que los une, es decir que si algo le sucediera a él o viceversa no le afectaría a ninguno de los dos.

-Entiendo, pero ya he buscado en el libro y no he encontrado nada.

-Los hechizos más poderosos no se encuentran a la vista del hombre.

-¿Cómo hallarlo entonces?

-Con sangre, vierte una gota sobre la última página, parece estar en blanco pero en cuanto esto suceda, el hechizo aparecerá.

-Esas son buenas noticias. -Sonrío.

-Jade necesita a su padre con ella, está confundida, si no es orientada hacia la dirección correcta, se desencadenará el apocalipsis.

-Owen. -Pronuncio su nombre en voz baja.

-Él llevará a Jade a la oscuridad, no adrede, Owen es un buen chico, pero su corazón guarda demasiado resentimiento y odio, él también debe ser guiado hacia la luz.

-¿Por qué tiene mi hija que atravesar esto? -Pregunto confusa.

-Jade es fuerte, tiene carácter, pero también el ser humano es débil cuando se trata del amor, y ella está enamorada.

-Está bien, lo haré.

-Nunca olvides cuánto te amamos.

La figura de mi madre se comenzó a desvanecer.

Sonreí con amargura, abrí los ojos de golpe, Reivel yacía a mi lado, el hermoso coro de los ángeles anunciaba otro día. Los desperté, él me miró frunciendo el ceño.

-Sé como romper nuestra unión. _Le indique

-¿De verdad? -Se enderezó mirándome con expectación.

-Mi madre se me presentó en un sueño, Jade te necesita, no puedes estar encerrado aquí conmigo, te conozco bien, sé que deseas estar con ella y un poco de acción.

Reivel sonríe mostrando aquellos camanances que adoro.

-Traeré el libro. -Me dijo levantándose, lo sacó de un cofre bajo llave, que se encontraba a los pies de nuestra cama.

Me lo entregó, lo abrí en la última página, puncé mi dedo con una aguja y una gota de sangre cayó mostrando de inmediato una serie de letras escarlatas, ante nuestros asombrados ojos.

-Ese libro no termina de asombrarme.

Pasé mi mano sobre las letras y con cierto temor leía la escritura:

Lo que una vez fue hecho

Que el ritual sea deshecho

El corazón del penitente recobrará

Pero no así su vida cobrará

Dos corazones unidos latirán

Pero el lazo entre ellos terminará

Lo terminé de recitar, Reivel y yo intercambiamos una mirada.

-¿Funcionó? -Le consulto.

-Solo hay una forma de saberlo.

Tomó la misma aguja con la que pinché mi dedo hundiendo él la punta sobre la palma de su mano.

-¿Sentiste algo? -Me observa dubitativo.

-No. -Sonrío a mis anchas.

Reivel suspira aliviado.

-Mamá me comentó que Jade te necesita con ella. Nuestra hija puede ser el principio del fin, me habló de apocalipsis, no podemos permitirlo.

-Cuidaré de ella. -Acaricia mi cabello y coloca un beso casto sobre mis labios.

-Sé que lo harás. -Respondo pasando el reverso de mi mano sobre su mejilla, él la toma y la besa.

-Debemos confiar en la sensatez de nuestra hija. -Me expresa Reivel.

-No cuando se trata de asuntos del corazón. -Ambos sonreímos.

Adriel comienza a removerse incómodo.

-Oh. -Sonrío.

-¿Qué sucede?

Cojo su mano y la pongo sobre mi vientre, él sonríe al sentir a nuestro hijo moverse.

-Es un chico inquieto.-Me indica. _¿Estás segura que tenemos que ponerle Adriel? ¿Aún estamos a tiempo de cambiarle el nombre?

-Rei. -Lo miro con falso enojo.

-Está bien, Adriel será.

Nos volvemos a besar, pero una inquietud crece en mi interior, que no será saciada hasta que hable con él.

Luz y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora