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Sus labios se separaron apenas unos centímetros antes que Bryan volviera a juntar sus labios con los de Freddy.

En menos de lo que pensaban, ya se encontraban subiendo las escaleras a tropezones, aun sin separar sus labios.

-Bryan -soltó en un suspiro-, debemos parar -murmuró alejándose sólo un poco de Bryan.

-No -respondió buscando los labios de Freddy, una vez más-. Freddy -se quejo al ver como Freddy movía su rostro para evitar que sus labios se unieran. Intento acercarse otra vez, logrando el resultado anterior-. ¿Qué? -habló fastidiado.

-No podemos hacerlo, no así -acarició lentamente la mejilla del más alto, y sonrió-. Eres tan lindo...

-Sí, lo soy -rieron-. Tú eres mas lindo, eres mas guapo, tierno...

-Oh, cállate -sus mejillas ardían.

Se miraron fijamente. Olvidando todo a su alrededor. Sólo ellos existían en ese momento, nada mas importaba.

-Tienes unos ojos muy lindos -murmuro Bryan-, me gusta el café.

-Y a mí el color miel.

*

Sus piernas estaban entrelazadas, el pelinegro descansaba sobre el fuerte pecho del pelirrojo. Mientras que Alonso acariciaba el brazo y espalda de su chico, disfrutando la suavidad de esta. Había sido una noche maravillosa para ambos.

-¿Alonso? -su voz sonaba adormilada y ronca, logrando erizar la piel de Alonso.

-Aquí estoy -murmuro-, ¿estas bien? -Jos lo miró adormilado y sonrió.

-Perfectamente -suspiró.

-¿Seguro qué...?

-Sí, Alonso. Estoy bien, en serio -sonrió tranquilo-. Te amo -soltó.

-Te amo.

Wal-Mart. ||BM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora