Capítulo 13: Cuando no sabes nada...

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─ ¡Mataron a Alex! ─grité, saliendo de la balsa─. ¡Mataron a mi niñero!

Bueno, no era típico de mí preocuparme por él, pero no tenía como explicarles a mis padres que un grupo de niños mataron a mi niñero. Claro que, si por casualidad, supongamos, digamos, pensemos, anhelemos que Alex no estuviera muerto... ¡Yo sí que lo mataría!

Corrí hacia él. Cuando llegué a su lado me di cuenta de que estaba bien noqueado, y, como no tenía la menor idea de qué hacer, hice lo más sensato...

─ ¡Despierta! ¡Eres joven e idiota para morir! ─lo abofeaba─. ¡Alex! ¡No mueras o moriré también! ¡Si tú mueres, yo muero!

Alex empezó a moverse. Me alejé y sonreí, sintiéndome realizada. ¡Me salvé de esa!

─ No sabía que tanto te hacía falta ─murmuró Alex mientras se apoyaba en sus codos para mirarme.

─ ¿Qué? Lo digo por que si mueres, mis padres me matan.

El chico abrió la boca para intentar decir algo, pero entonces un bolso volador, con una flecha medio-rota atravesada aterrizó en su cabeza. No se preocupen, sólo se volvió a desmayar ya que la flecha estaba arriba.

Peter se acercó rápidamente, examinó el cuerpo del inconsciente Alex e hizo una seña a los niños perdidos.

Y yo sólo pensé: ¡INJUSTICIA!

Si bien no me equivoco, Peter casi mata a Zorrillo por lanzarle la flecha a Wendy. Ah, pero, como es Alex no importa.

De nuevo: ¡JUSTICIA!

Los niños se acercaron e hicieron un circulo alrededor de Alex. Peter asintió.

─ ¿Manos?

Todos estiraron sus brazos y mostraron sus manos, estaban mugrientas, apenas podía verse la capa de piel que cubrían .

─ ¡No importa! ─dije─ ¡Es sólo Alex! Dudo que le moleste.

Peter rió. ¿Cómo negarlo? Simplemente amo su risa. Sus ojos, su sonrisa, su cabello... El chico simplemente es perfecto.

Los Niños cargaron de Alex cual bolsa de papas y lo llevaron al árbol. Seré sincera: casi me oriné de la risa. Es que era tan raro; me hizo recordar cuando solía ver las hormigas llevar una migaja de pan. Aunque eso fue antes.

Ahora, me parecía aburrido.

Bueno, no tanto...

(...)

Se hizo noche, y yo poco a poco me acostumbraba a los cambios repentinos. Mientras tanto, Alex seguía inconsciente, o se hacía el dormido. Nah, no creo. No era capaz de eso, no soportaría el hambre.

─ ¿Vera?

Sentí un escalofrió. Yo estaba sola en medio de no-sé-donde, rodeada por una inmensidad de plantas y árboles y arbustos y ciertos coloridos insectos, ¿quien podría ser?

Me giré y, como pensé en cierta fracción de segundo, se trataba de Peter. Sonreí.

─ ¿Puedes venir un momento?

─ Claro ─Ni lo pensé.

Caminé a su lado, hasta adentrarnos más en el bosque y llegar llegar a un árbol, un pequeño árbol brillante que emanaba ráfagas de colores.

─ Ven ─Peter me llamó, mientras escalaba a lo alto del tronco, luego me tendió su mano.

Lo seguí y acepté el gesto. Fue complicado al principio, pero luego ya estaba arriba. Wow, me sentí como niña. Más bien... soy era una niña. Una niña fascinada por las maravillas de Nunca Jamás.

Peter Pan, el chico en mi ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora