Reseña - Niñachay

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Si yo preguntara ¿qué tan importante es mantener una promesa? ¿Qué me responderían?

Seguramente la mayoría diría que es muy importante, que es cuestión de honor y quizá se inicie un debate sobre si existe realmente una justificación válida para romper una promesa. Pues bien, @Nozomi7 me ha hecho pensar mucho sobre esta cuestión.

Niñachay es uno de los cuentos cortos de esta autora, quien para variar nos ofrece una historia trágica.

Urpi es el nombre de una pequeña niña que, a su corta edad, no ha sido tratada bien por la vida. Huérfana de padres, la pequeña Urpi vivía, junto a sus tres hermanos, con su abuelo, un hombre bueno y trabajador. La historia arranca en uno de los pasillos de un hospital de lima, en Perú (el hospital sabogal). Ahí, nuestra protagonista lucha contra sí misma para no llorar mientras escucha lo que una mujer pulcramente vestida le comunica a su tía abuela.

En este cuento no nos toparemos con una trama compleja, personajes profundos ni mucho menos con un clímax que nos deje en el borde del asiento mientras leemos. Este cuento es más como el silencio que se escucha tras la explosión de una bomba. Nozomi deja de lado la tensión de la hospitalización de don Pedro, abuelo de Urpi, y se centra en la escena en la que la asistenta social habla sobre la situación del anciano y sobre todo de los niños que estaban a su cargo.

Y quienes hayan leído este cuento podrían decirme que esto no es más que una escena. Que le falta para ser un cuento. Y yo les respondería: es que no hace falta nada más.

Este relato es un vistazo a la realidad, a una realidad que quizá no te pertenece pero que está allá afuera. Una realidad que se vive día a día en muchos países del mundo y que se sigue repitiendo por la ignorancia y por el egoísmo de la gente.

Recomiendo esta historia, no solo porque esté bien escrita y estructurada. La recomiendo porque dentro de su duración, dentro de lo poco que se puede sacar a simple vista, esta historia dice y enseña mucho.

No hay más que decir. Como siempre les deseo buen vicio y dulces sueños.

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