(Tn) es una joven de 16 años que es enviada por Wiss, su maestro, a la tierra para que conozca a los seres que habitan el planeta. A medida que pasa tiempo en la Tierra va haciendo amigos, hasta que alguien llega, buscando venganza y sólo provocando...
(Tn):- Imposible...esa voz...es tuya... -dije mirando fijamente el rostro de mi madre, la cual tenía una leve sonrisa, aún con la esfera en su mano.
Galatea:- Sí, era yo -volvió a mirar a la esfera, obligándome a imitarla.
Narrador omnisciente
En la esfera:
Ryusei:- ¿Quien eres tú? -preguntó el saiyajin, mirando tanto asombrado como cauteloso a la joven de cabello violeta que estaba parada a unos metros de él.
Galatea:- Mi nombre es Galatea, ¿cual es el tuyo? -la mujer lo miraba con gran curiosidad, ya que era la primera vez que salía del santuario donde habitaba junto a dioses de gran poder.
Ryusei:- Ryusei -dijo el hombre, aún sin saber si podía confiar en esa extraña mujer.
Galatea:- Que lindo nombre. ¿De qué raza eres Ryusei?
Ryusei:- Soy un saiyajin, del planeta Vegetasei -el decirlo hizo que volviese a pensar en su familia y en su madre, pero fue sacado inmediatamente de sus pensamientos.
Galatea:- ¿Vegetasei? Si mal no recuerdo, ese era un planeta de guerreros que después de cada pelea se hacían más fuertes, no sabía que había sido destruido. Espera, ¿no tienes ningún lugar al cual volver? -la joven sintió tristeza por el saiyajin.
Ryusei:- Yo no necesito que nadie me compadezca, además, ¿qué hace una niña en un planeta desolado? ¿No tendrías que estar con tus papás en lugar de jugar con un desconocido? -preguntó burlón, ya que la joven frente a él no aparentaba superar los veinte años.
Galatea:- ¡Hey! -exclamó ofendida la diosa- Primero que nada yo no necesito un permiso, segundo...
Ryusei:- Asi que sabes contar ¿eh? -la interrumpió, ya que era la primera vez que se divertía en meses. Ella resopló enojada, pero aún así continuó, ya que esa discución con ese extraño saiyajin le resultaba muy entrenida, aunque aparentase estar enojada.
Galatea:- ¡Segundo! -exclamó, cosa que divertía al saiyajin- ¡Yo no soy ninguna niña! ¡Tengo veinticinco años y si quiero puedo jugar donde me plazca!
Ryusei:- ¿Jugar? Lo sabía no eres más que una niña. Por cierto, ¿de qué planeta vienes? ¿De qué raza eres? -a pesar de seguir estando un tanto molesta, le prestó atención a sus preguntas.
Galatea:- Pueees...vengo de un planeta que no tiene ningún nombre y está ubicado sobre los doce universos -las palabras de la joven hicieron que el saiyajin se confundiera, ¿a qué se refería con doce universos?- Y no soy de ninguna raza porque soy una diosa. Los dioses no tenemos razas.
Ryusei:- ¿Diosa? -ella se sintió orgullosa, pero solo un momento- ¿Una niña como tú?
Galatea:- ¡¿Qué dijiste?! -Galatea se acercó a él y le puso un dedo en el pecho- ¡Retractate ahora mismo o sino...! -el saiyajin la interrumpió tomando su mano.
Ryusei:- ¿O sino qué? -ambos se miraron a los ojos unos segundos antes de que ella se apartase y lo mirase fijo- ¿Estás enojada joven diosa? -preguntó con una leve mueca que parecía querer ser una sonrisa.
Galatea:- ¡Claro que no! -ambos se quedaron en silencio y de pronto se escuchó un rugido- ¡¿Qué fue eso?! ¡¿Será alguna bestia que quiera devorarnos?! -miró a Ryusei, el cual se veía un tanto avergonzado, vergüenza mal disimulada obviamente- ¿Qué pasa?
Ryusei:- No es ninguna bestia...es mi estomago -se cruzó de brazos y evitó la mirada de Galatea, la cual se dio cuenta de lo que quería decir.
Galatea:- ...tienes hambre ¿verdad? -lo miró divertida y soltó una pequeña risa, cosa que hizo que el saiyajin se volviese y la mirara enojado- Oh vamos, no te enojes. Si tenías hambre me lo hubieses dicho -la diosa extendió su mano y de ella salió un gran brillo, que al extinguirse dejó a la vista un gran banquete- Ésta es la comida que conozco, disfrútala.
Él se sentó en el suelo y empezó a comer, cada vez más rápido, cosa que hizo que Galatea sonriera. Desde el suelo, y aún con comida en la boca él le habló.
Ryusei:- ¿No vas a comer?
Galatea:- Sip, yo también tengo hambre -dijo sentándose junto al saiyajin y empezando a comer. Él la miraba extrañado, era una joven muy rara.
En el presente
Narra (Tn)
Estaba procesando todo lo que había visto cuando la esfera dejó de mostrar esas imágenes, dejándome con ganas de saber que seguía.
(Tn):- ¿Qué pasó luego? ¿Qué hicieron?
Galatea:- Ambos hablamos de nuestras vidas, él mucho más reticente, pero finalmente me contó que su mujer y su hijo habían muerto y que él no había estado para proteger ni despedirse de ninguno de los dos. El tiempo simplemente pasó volando mientras hablábamos y nos contábamos los detalles de nuestras vidas. También me contó lo de su sangre y que por eso él no tenía el cabello y los ojos negros. Cuando me dijo que era un Yokai, recordé la historia que los dioses me habían contado tantas veces de esos indomables y peligrosos seres, pero al verlo a él, me di cuenta de que no era como el resto, así que decidí permanecer a su lado y viajar con él.
(Tn):- ¿Viajaste con una persona que acababas de conocer?
Galatea:- Por ese entonces yo era tan solo una joven diosa, jamás había conocido a otros que no fuesen los dioses antiguos que habitaban en el santuario, los dioses destructores, los creadores o sus ángeles. Jamás había conocido a un mortal. Supongo que la curiosidad pudo conmigo y por eso decidí ignorar todo lo que mi mente me decía.
(Tn):- Prácticamente te dejaste llevar.
Galatea:- Así es. Ambos viajamos durante mucho tiempo, visitando planetas, a veces él se enfrentaba con criaturas que buscaban pelea. Un día una criatura logró hacerle un profundo corte, aunque Ryusei lo mató fácilmente. Yo me encargué de curarlo mientras él se reía de mi preocupación, haciéndome enojar y casi llorar al mismo tiempo -la esfera brilló y mostró una imagen en la que se apreciaba como mi mamá curaba la herida de Ryusei y él se reía.
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Galatea:- Cuanto más viajamos, más grande se hacía lo que sentía hacia ese extraño saiyajin -sus palabras hicieron que mis pensamientos se paralizaran, dándome cuenta de lo que podían significar las palabras de mi madre.
(Tn):- ¡¿Qué quieres decir?! ¿Acaso él...?
Galatea:- Sí (Tn), Ryusei era tu padre y murió protegiéndote.
