Los Gemelos Weasley

Capítulo Dos. La Elección De La Casa

Después del viaje en el lago negro y poder tener una vista única de nuestro hogar por los futuros meses, fuimos escoltados hasta el frente de dos puertas enormes. Al otro lado se hallaba el gran comedor, donde nos esperaban cientos de alumnos con los que conviviríamos hasta nuestro último día en Hogwarts. Todos nos esperaban para la asignación de casas que daría inicio al gran banquete de inicio de curso.

Pasamos por el medio de los corredores, donde podíamos oír los murmullos, algunos saludos y los sonidos de asombro y felicidad de los nuevos.

Llegamos hasta el frente donde un sombrero viejo reposaba en un banco de madera.

Fuimos llamados uno por uno. El proceso consistía en que la profesora McGonagall, la subdirectora, nos llamaba, nos sentábamos en el banco, donde el sombrero se posaba sobre nuestras cabezas y este nos decía en que casa debíamos estar.

Antes de mí no pasaron mucho, y es que a decir verdad, la F es una de las primeras letras del alfabeto y solo tres chicos más pasaron antes de mí. Con dos, la elección de la casa fue realmente rápida, pero con la chica rubia ―Sandy― realmente se tardó. Por fin, el sombrero vocifero: ¡Gryffindor!

Cuando la profesora menciono mi nombre sentí un pequeño golpe con el pie de parte de uno de los gemelos, no sabría decir quien, al acercarme Lee me susurro: suerte.

Me senté y deje que el sombrero se posara sobre mí.

Oía sus murmullos como si estuviera probando mi cabeza. No sé si fueron segundos o minutos, pero empecé a ponerme nerviosa de no oír su respuesta.

― ¿hay algo malo? ― murmure

¿Malo? Para nada, excelente niña, con habilidades excepcionales. No tardo, quiero conocerte pequeña, es difícil obedecer a mis instintos, podría solo ponerte en casa de tu padre, serias una increíble serpiente, pero tu memoria fotográfica y maneras de aprender fácilmente me hacen querer enviarte a Ravenclaw.

― no quiero ir a Ravenclaw ― dije sin pensarlo. No creí lo que había dicho hasta un segundo después ― no me refería a eso ― balbucee

¡Gryffindor!

Grito finalmente sin darme oportunidad de decir algo más.

Camine hacia mi mesa donde los gritos y aplausos no se podían contener. No dejaba de pensar en lo que había dicho. ¿Realmente las palabras no quiero ir a Ravenclaw, habían salido de mi boca?

Al llegar me estrecharon la mano personas que ni si quiera conocía.

Note a un peculiar pelirrojo, que había estado hablando con Fred antes de que yo entrara al compartimento. Otro de sus hermanos. Me sonrió y yo hice lo propio.

― Felicidades ― dijo una voz junto a mí. Era Sandy

Sentí un frio expandirse desde la punta de mis dedos hacia mis adentros. No le respondí y gire la cabeza para seguir viendo la ceremonia.

Una chica muy linda de tez oscura llamada angelina fue la siguiente en ser enviada a mi casa, después mi amigo Lee, un par de chicos más y luego Demi, realmente le sonreí al verla sentada frente a mí. A continuación Halley y por último los gemelos. Estaba tan hundida en mis pensamientos que me había olvidado de su "tradición familiar" o como quieran llamarle de entrar a Gryffindor.

― Felicidades Aten ― me sonrió George ― ya no eres una traidora.