Capítulo Dieciocho. Colores

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Alcancé a los de mi clase a primera hora, no había querido regresar al gran comedor y había ido directo a la torre, claro, una vez que Lupin me había dicho que no había rastro de Black.

Cuando llegue a Pociones, clase que compartimos con Hufflepuff, caminé hasta mi asiento entre Fred y Halley.

— No estuviste en el desayuno — me dijo Fred

— tuve un problemita — dije mientras con una mano sostenía el gorro de la túnica sobre mi cabeza

— ¿Problema?

— Señor Weasley y Señorita Flawey, se puede saber qué es más importante que mi clase.

— nada señor — dije sin mirarlo

— no estoy muy familiarizado con las modas, pero haría el favor de quitarse el gorro de la capa en clase, a menos que considere que no somos lo suficiente buenos como para merecer verla

— sí señor — dije apretando la quijada. Pero no lo hice de inmediato.

— disculpe, ¿no fui claro? O ¿A caso no aprobó compresión auditiva en maternal?

Me quite el gorro a regañadientes mientras mi cabello se tornaba  de un verde brilloso.

Los murmullos y comentarios empezaron a oírse en las mesas de los lados.

— ¿Y por su condición quiere algún tipo de trato especial? ¿Va a seguir deteniendo mi clase o ahora sí puedo continuar?

No volví a hablar en toda la clase. Halley me apretó la mano debajo de la mesa y yo tranquilice a Fred para que no fuera a responderle o hacerle algo a Snape.

— Como lo detesto — dijo Fred cuando salimos

— Da igual, no va a ser el último que haga comentarios sobre mi — dije decaída poniedome el gorro de nuevo.

— no — dijo quitandolo — no tienes por qué avergonzarte de tu cabello, se ve genial y Snape es un idiota.

— ¿Disculpa? — dijo su hermano Percy qué pasaba al lado cuando lo dijo — cinco puntos menos a Gryffindor por ese mal bocabulario

Fred se limitó a rodar los ojos:

— se ha hecho más insoportable desde que recibió su tonto premio Asnal.

Llegamos a encantamientos donde compartíamos con Slytherin.

— juro que le haré un maléfico al primero que se burle de ti — dijo Lee

Agradecí y entre a la clase.

Angelina y Katie se me acercaron a decirme lo bien que se veía mi cabello, pero no quería que nadie siguiera hablando de mí.

— ¿Qué pasó Flawey? ¿Un unicornio defecto en tu cabello?

— ¡Ah no! Yo lo mató — dijo George mientras él y Demi levantaban sus varitas

— ¡No! No — dije bajando las varitas de ambos

Las clases transcurrieron con cierto toque de "normalidad" pero a cada clase que iba, ya fueran los profesores o alumnos hacían comentarios respecto a mi. No me gustaba la atención, no este tipo de atención, incluso salí corriendo cuando Colin me pidió una foto. Me preguntó si ¿Así se sentirá siempre Harry Potter?

Cuando por fin acabaron subí corriendo a la sala común y de ahí subí a toda prisa por la escalera de caracol hasta mi cama.

Me acosté esperando que cuando abriera los ojos de nuevo estuviera en el gran comedor y todo hubiera sido un sueño, pero no fue así.

Me quedé dormida unas horas hasta que sentí como algo caía en mi estómago.

Cuando abrí los ojos solo ví a una bola de pelos color café con olor a tostadas.

— ¿Un gato? ¿Y tú de quien eres? — dije

El solo se acomodo a un lado de mi y ronroneo. Luego parece que se quedó dormido.

Dormite un poco más y me levanté para ir con el profesor Lupin, por una lista de libros que me ayudarían. Regrese y el gato seguía ahí.

— si nadie te reclama te quedas conmigo — le sonreí — te llamaras Canela.

Y ahí estuvo. Canela me hizo compañía toda la tarde hasta que llegó Demi corriendo.

— Atenea, tienes que bajar rápido

— ¿Para...?

Pero antes de terminar de hacer la pregunta:

— tu papá está aquí

Los Gemelos Weasley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora