Un hermanito canon

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Una idea ha estado vagando por mi cabeza durante unos días y quería compartirla.
He pensado en crear una especie de precuela de esta historia narrada desde la perspectiva de Halley.
Yo sé que no he explotado bien al personaje y puede caer en los chicles y estereotipos de un antihéroe extra. Pero creo que podría tener un gran desarrollo si me lo propongo. Abordar temas desde su amistad con las chicas, su pasado con Wood, Cedric y otras parejas, su vida familiar, etc.
Hasta ahora solo he creado está especie de One-shot que espero les guste y me puedan apoyar en el proyecto futuro.

***

La puesta del sol daba al cielo una apariencia de algodón de azúcar rosado. Los últimos días de trimestre estaban por acabar y mientras los demás alumnos de Hogwarts estaban en sus salas comunes o en la biblioteca (repasando por última vez los temas que vendrían en sus exámenes finales); siete jugadores del deporte más popular entre los magos estaban rondando el cielo del estadio de quidditch, practicando las ultimas estrategias que el capitán August Midgen había propuesto para el ultimo partido de la temporada y de su estadía en Hogwarts. Gryffindor contra Ravenclaw. Los leones llevaban años sin poder alzar la copa de quidditch y mucho menos la copa de las casas, así que la presión a la que estaban sometidos los de uniforme escarlata era verdaderamente alta.
Muy cerca de los jugadores, con las miradas fijas sin perder detalle, se hallaban Alicia Spinet y Angelina Jonhson. Un par de chicas de primero que no se perdían ni un solo entrenamiento con tal de observar y prepararse para jugar en el equipo de su casa el año siguiente. Detrás de las chicas, recostada sobre las gradas, Halley MgGonagall tenía la vista perdida sobre el dorado cielo.

―¿Cuánto falta para que acabe? ―preguntó molesta la pelinegra.

―No lo se. Midgen se está tomando los entrenamientos muy enserio.

―Parece que aun tiene esperanzas de ganar la copa de quidditch antes de graduarse ―Respondió Angelina sin despegar la vista del cielo.

―Si yo fuera él me estaría quemando las pestañas estudiando para los Éxtasis ―murmuró Halley despidiéndose de las ultimas tonalidades anaranjadas que abandonaban el cielo para dar paso a un azul tan oscuro como mancha de tinta―. El banquete dará inicio en cinco minutos. ¿Podemos irnos?

―¡No! ―respondieron Angelina y Alicia simultáneamente.

―El año que viene ni si quiera seguirá Midgen como capitán y quien tome su puesto podría cambiar todas estas… jugadas ―murmuró insegura de haber acertado en la palabra―. ¿De qué les sirve estar…? ¿Por qué me callan?

―Porque eres molesta. ¡Shh! ―repitió Angelina concentrando su vista en el cielo sin dejar de hacer anotaciones sobre un pedazo de pergamino.

Halley se dio por vencida y mientras escuchaba a Midgen regañar a la distancia a los chicos, cerró los ojos y comenzó a jugar con el brazalete de plata que llevaba en la muñeca. Por lo poco que escuchaba al parecer habían reanudado el partido y segundos después una bludger había derribado a alguien de su escoba, así que Halley abrió los ojos tratando de ver como alguno de los jugadores descendía en picada pero ya lo habían rescatado para cuando Halley pudo identificar cuales manchas oscuras eran jugadores y cuales lechuzas.

Se dejó caer de nuevo en los asientos y se quitó el brazalete de la muñeca para lanzarlo al cielo.

―wingardium leviosa ―entonó apuntando con su varita y el brazalete en vez de caer y dale en la cara, se mantuvo en el cielo elevándose cada vez más.

Débiles destellos plateados apenas eran perceptibles debajo del oscuro cielo y justo cuando Halley trataba de ver que tan alto podía hacer levitar el brazalete, una sombra oscura y veloz voló sobre ella y el brazalete desapareció.

―¡La atrapé! ―gritó enérgicamente un chico rubio agitando el destello plateado en su mano.

Halley se incorporó de inmediato y se acercó hasta el final de las gradas donde Angelina y Alicia tomaban sus apuntes de las estrategias del equipo.

―¿De que hablas Spencer? Aun no hemos dejado escapar a la snitch ―gritó su capitán.

―¡Oye cerebro de trol! ¡Eso es mío! ―gritó Halley apretando la barandilla de madera que evitaba cayera al campo de quidditch.

Spencer no la escuchó o fingió no hacerlo y solo dejó caer el brazalete de sus manos directo a la arena.

Las manos de Halley apretaron con fuerza la madera.

―Accio ―gritaron dos voces al mismo tiempo y el brazalete quedó suspendido a centímetros del suelo.

Al levantar la vista, Halley se encontró con otra varita apuntando justo hacia su brazalete. Un chico de un curso delante del suyo estaba tratando de utilizar el mismo encantamiento convocador para atraer el objeto.

La varita de Halley se apartó rompiendo con el hechizo y el brazalete salió volando hacia las manos del joven.

El chico montado en la escoba descendió con rapidez hasta las chicas, extendiendo el brazalete.

―Lo lamento, es muy torpe ―murmuró él.

―Y yo lamento que el buscador de nuestra casa sea él ―respondió Halley causando una sonrisa en el chico.

―¿Juegas quidditch?

―No, apenas y se volar ―confesó acomodando el metal alrededor de su muñeca―. Pero ellas sí que están interesadas en pertenecer al equipo.

Alicia y Angelina se habían quedado tan quietas que parecían petrificadas.

―Hola Oliver, ¿qué pasó? ―una risa nerviosa se escapó de Angelina mientras escondía sus notas debajo de la manga de la capa.

―Hola chicas ―saludó él fingiendo no haber notado el pergamino que se le escapaba a Alicia y danzaba en el aire cayendo varios metros―. Soy Oliver Wood ―se presentó regresando a Halley.

―Si. Eso oí. Soy Halley McGonagall ―respondió la chica de la misma manera.

―Oliver quieres volver a poner tu trasero en el aire frente a los postes ―gruñó el capitán lo suficiente alto para que todos lo escucharan.

―Tengo que seguir entrenando ―balbuceó el chico con las orejas enrojecidas.

―Si. Ya lo oí ―sonrió Halley observándolo alejarse.

―Es enserio amigo. Deberías comenzar a ponerle más interés al quidditch y menos a las chicas ―gruñó Midgen mientras Oliver regresaba a su posición.

***
No sé. Fue algo que se me ocurrió. Díganme si les gustaría seguir leyendo una historia así.

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