Los Gemelos Weasley

Capítulo Once. Los Siguientes Días

Un par de semanas después de que el curso había iniciado, Fred y George ya habían habilitado su tienda ilegal de productos para bromas, todo esto en el baño abandonado del séptimo piso.

Después de los deberes, baje para ayudarles a acomodar algunas cosas cuando me encontre a Draco Malfoy. Un chico dos cursos abajo, con el que convivía en las fiestas de los amigos de mi padre. El no estaba solo. Lo acompañaban otros dos chicos corpulentos y una chica pelinegra con cara de perro Pug.

— Draco, no había tenido tiempo de hablar contigo. Supe que te hirieron en clase de cuidado de las criaturas mágicas.

Ron, el hermano menor de Fred y George, me había contado acerca de eso durante la primera semana de clases, claro que la versión de Ron, hacia ver a Draco como un farsante.

— si, me perdí la primer semana de clases — dijo con un tono dramático — fui herido por un hipogrifo salvaje

— ya lo creo — aún llevaba vendado el brazo y el ser atacado por un hipogrifo no era algo que se tomará a la ligera. Pero lo conocía lo suficiente para saber que se asustaba fácilmente —. Quería hablar contigo a solas de algo... Familiar.

— tenemos cosas que hacer y Draco tiene que descansar — interrumpió la chica pelinegra

— estoy bien Pansy — dijo Draco

— pero...

— si necesita a alguien para que le cuide la sombra te avisaré — dije y tome a Draco del brazo.

Empezamos a subir hacia el séptimo piso.

— ¿De que querías hablar? — dijo mientras subíamos las escaleras

— bueno ¿Cómo se conocieron nuestros padres?

— no lo sé. Pero supongo que en reuniones familiares como nosotros — dijo pensativo

— ¿estuvieron juntos en el colegio?

— eso creo — murmuró inseguro — ¿A qué viene todo esto?

— solo una pregunta más ¿Conocieron a mi mamá?

— si, bueno, yo creo que sí. Son padrinos de Jared, así que supongo que ellos saben quién es tu mamá y que le sucedió

— ¿Podrías preguntarle? — pedí

— ¡¿Qué?!

— por favor. Solo preguntales. Tu papá me da miedo, pero tu mamá es más accesible.

Draco me miró disgustado por la idea.

Si sus padres eran la mitad de reservados que el mío, entendía en que situación lo estaba poniendo. Mi padre jamás hablaba demasiado, era muy rara la vez que me contaba cosas sobre sus días de escuela y en pocas veces me mandaba cartas. La mayoría no eran para saber cómo estaba, más bien solo me preguntaba sobre las notas y si necesitaba dinero para los fines de semana en Hogsmade.

— no creo poder, perdón — dijo muy rápido y alejandose

— solo tienes que preguntarles dos cosas

— no, no. Enserio no creo poder — empezó a caminar de regreso a las escaleras

— ¡Draco! — grite — solo hazlo intenta conseguir información de mis padres

— ¡¿Y que quieres que diga?! — dijo hullendo

Se oyeron las puertas de los baños abrirse y llegaron los gemelos.

— ¿Qué está pasando? ¿Que te hizo? — dijo uno de ellos al ver la escena de: yo gritando hacia las escaleras y Draco salir corriendo

— nada — dije molesta abriéndome paso entre ellos y entrando al baño.

Pasé toda la tarde con ellos. No haciendo gran cosa en realidad. A veces cobrava y daba cambios y otras solo me quedaba pensando.

La idea de confrontar a mi padre también me aterraba. No era cobardía. O tal vez si. Pero el pensar en solo pronunciar la palabra <<mamá>> me aterraba por saber cómo mi padre reaccionaria.

— Te tenemos una sorpresa que te hará sentirte mejor — dijo Demi inclinándose hacia mi.

Ni si quiera había notado cuando ella y Halley entraron al baño.

— ¿De que se trata? — dije no muy convencida

Demi miró a los lados esperando que nadie más fuera a oir.

— vamos a hacer una pijamada con todas las chicas de Gryffindor — dijo entusiasmada

— ¿Por qué eso me alegraría? — murmuré confundida

— a ti te encantan las fiestas, el ambiente, la comida, todo eso. Y este fin de semana haremos una fiesta — dijo Demi

— eso no es una fiesta, es una pijamada — refute

— ¡Atenea! Demi es una de las pocas personas que se preocupan enserio por ti y quiere que te distraigas de lo que sea que estés pensando y que te ha hecho sentirte miserable estos últimos días, así que acepta ir a la pijamada por qué ya pagamos veinte galeones para comida y bebida y no sé que otras tonterías más. Entonces... ¿Aceptas?

A veces cuando Halley me hablaba, sentía como si su tía me estuviese regañando.

— hecho.