Los Gemelos Weasley

Capítulo Dieciséis. Una Noche Con Sirius Black

Halley y Ravel fueron corriendo por el director mientras que el pasillo se llenaba de teorías sobre lo que había pasado.

— La señora gorda, no está — le dijo un chico a Lee

— ¿Cómo que no está? — pregunté

Pero antes de que pudieran responder mi pregunta, los pasos de Dumbledore nos hicieron callar y abrir espacio para que el, seguido de McGonagall y el profesor Lupin pasaran para acercarse al retrato.

No sé oía gran cosa provenir del frente, la tensión se sentía en el aire que solo una risa pudo romper. Peeves el poltergeist floto por nuestras cabezas. Presumía saber que había pasado y Dumbledore le creyó.

—...¿entonces sabes quién atacó a la señora gorda? — lo interrogó Dumbledore

— claro que lo sé, yo lo ví... ¡Oh! Ese Sirius Black

Al mencionar el nombre los murmullos volvieron a apoderarse del corredor, pero fueron callados por Dumbledore, quién nos envío directo al comedor. Donde minutos más tarde se nos unieron los alumnos de Ravenclaw, Hufflepuff y Slytherin.

— ¿Qué está pasando? — dije deteniendo a Halley del brazo cuando pasaba junto a los demás prefectos

— Sirius Black estubo o está en el castillo... Van a catearlo y todos debemos dormir aquí — dijo y junto con su tía empezaron a cerrar las puertas del gran comedor.

Dumbledore dió el aviso oficial y con un movimiento apartó las mesas y en su lugar aparecieron cientos de bolsos para dormir de color rojo.

— Vengan — dijo Fred y cada quien tomó uno y nos acercamos a la pared.

Hicimos nuestro propio círculo, Demi, Lee, Fred, George y yo, ah y claro uno que le pusimos a Halley para cuando terminara sus trabajos como prefecta.

La luz se apagó pero yo no podía dormir. Supongo que nadie de los que estábamos ahí podíamos dormir. Miraba el techo del gran comedor, ahora ya no había calabazas, ni ninguna decoración de Halloween, solo mostraba el cielo despejado de otoño con estrellas.

Al rededor de las tres de la mañana, cuando Percy dejo de hacer sus recorridos para callarnos y obligarnos a dormir. Me voltee quedando de frente a la nuca de Fred.

— ¿Estás dormido? — murmuré jalando su cabello

— si — respondió con un quejido

— yo no puedo dormir — dije acercándome y el se volteó

— el truco para dormir, es fingir que duermes — susurro para que Percy no fuera a callarnos

— ¿Recuerdas cuando me gustaba Jonathan Jonas? — dije acercándome

Fred contuvo la risa.

— si, le escribiste una carta, el te dijo que no por que era cinco años mayor y tú lloraste — ahora yo tuve que contener la risa — y luego lo golpeé

— ¿Lo golpeaste? — reí

Percy de inmediato fue a callarnos. Pasaron unos minutos hasta que se alejó y pudimos volver a hablar.

— si lo golpeé,  le di un golpe con mi mejilla en su puño y un costillazo en su rodilla.

Volví a contener la risa y en ese momento entró Dumbledore.

Cerré mis ojos y el sueño llegó.