Brooke
Los nervios comienzan a jugar en mi contra cuando siento que toda la ciudad de Las Vegas me empequeñece, de pronto esa chica fuerte en la que me tuve que convertir vuelve a ser la niña que tantos errores cometió. Cargo la pequeña maleta en mi mano izquierda y mi bolsa de mano del lado derecho, Elisa, mi única y mejor amiga empuja la puerta de nuestra habitación del hotel para por fin entrar. He estado en modo pánico durante todo el camino, incluso Miller hizo un estúpido comentario de que no le pasaría nada a mi estilo de vida "aburrido" por pasar una noche en Las Vegas, él no sabe nada.
Se nota la emoción de Elisa por este viaje, de hecho, se arregló su precioso y largo cabello rubio, sus ojos también son castaños, aunque un poco más claros que los míos, su tez clara le ayuda a que resalte su hermoso vestido rosa pálido, me hace bajar mi vista a mi atuendo tan informal, unos pantalones de yoga y una sudadera larga son lo que consideré más cómodo para lo que fue un vuelo de cinco horas.
—Recuerda que no tenemos mucho tiempo—dice Eli tirando sus cosas en una de las dos camas que hay, doy un rápido vistazo a la habitación amplia de paredes azul celeste y muebles en un tono blanco, definitivamente el señor Hitman fue generoso con nuestro hospedaje, él siempre busca lo mejor para sus empleados, es un gran ser humano y por eso me fue imposible no tomarle aprecio.
—En un par de horas podemos salir—comento sentándome a la orilla de mi cama, estaba casada, no recordaba lo agotador que es estar cuidándote las espaldas.
—¿Te sientes bien? No creo que sea fácil para ti estar aquí—Elisa se sienta a mi lado para sostener mis manos y darme un poco de fuerza, es la editora en jefe del área que está arriba de nuestro piso de trabajo, fue un completo accidente que me topara con ella, pero lo agradezco porque en poco tiempo descubrí que a su lado puedo ser yo misma sin temer a que me juzgue o me trate de "perra" por mi carácter.
—Estamos aquí por trabajo—aunque se lo digo en voz alta creo que es más un recordatorio para mí.
—Pero eso no quiere decir que no se te permita tener miedo, puedo decir como tu mejor amiga que nada de esto te gusta. Estoy aquí para ti. Lo sabes, ¿verdad? —asentí con mi cabeza sin ganas de hablar tanto, el único propósito que tengo es irme lo más rápido que pueda.
Un leve golpe en la puerta nos saca de nuestro momento, Elisa se pone de pie para abrir y yo solo me recuesto en la cama, si es Matt, nuestro otro acompañante además de William, no tengo ganas de fingir amabilidad, por lo poco que pude ver es un buen tipo y no merece un mal trato de mi parte.
—Hola, iremos a comer algo ¿No quieren venir antes de ir al evento? —el nerviosismo en la voz de Matt me causa ternura, lo trae tan mal por Eli, pero ella no se da cuenta y eso que trabajan codo a codo, así como Will es mi jefe y estamos pegados todo el tiempo, lo mismo les pasa a ellos.
—Gracias, pero Brooke no se siente muy bien, entonces pediremos algo aquí mismo en la habitación—mi amiga trata de ser gentil y eso es bueno, ya no me hace sentir tan mal por hacer que se pierda esto.
—Claro, debí suponer que Walker es alérgica a la diversión—la voz burlona es de Miller y aunque debería enojarme, en lugar de eso algo se oprime en mi pecho, es como si me hubiera golpeado, porque yo llegué a creer que todo esto era diversión, porque yo también creía que salir, viajar y divertirme lo era todo en esta vida, a las malas descubrí que nada de esto real, todo es una farsa. Me hice un ovillo en la cama comenzando a derramar unas silenciosas lágrimas, sujeté la almohada con fuerza cuando sentí que ya no pude contenerme más, quería que se fuera, quería ya no escuchar a Miller, él es todo eso que no me gusta en una persona.
—Realmente no sabes nada Will, te aconsejo que te calles y aprendas un poco de todos tus compañeros—la rudeza en Elisa no era algo extraño, pero ahora estaba tan contenida que por mera educación no azotó la puerta— ¿Brooke? ¡Oh! ¡No, no llores! —llega a mi lado para poner una de sus manos en mi cabello.
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Todo lo que quiero
RomantikLos Miller #2 Al mujeriego y egocéntrico William Miller le llegó su hora, juegos y bromas no lo son todo. Su destino está cruzado con el de una chica dura y decidida que no solo encontrará la manera de marcar su vida sino que juntos se encargaran d...