Capítulo 23

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Will

No puedo imaginar una mañana tan tranquila como esta, de hecho con solo ver las mejillas sonrosadas de Brooke y la manera en que acapara las mantas puedo decir que me gusta estar aquí, no se trata solo de ella teniendo a mis bebés o de ella siendo mi esposa por culpa del alcohol. Solo es Brooke.

Todas estas semanas que estuvimos hablando por videollamadas me rompía un poco el corazón cada vez que colgaba o cuando no respondía porque estaba ocupada, tuvimos el tiempo y la delicadeza de conocernos un poco más y fue bueno que a pesar de que nunca me contó lo de sus pesadillas sí me dijo que disminuyeron desde esa noche que pasamos juntos en su cama.

Veo en mi celular un recordatorio de la cita con el doctor que tiene esta mañana, pero antes de que la despierte me entra una llamada del señor Hitman.

—¿Sí? —estoy un poco confundido porque nunca habla a una hora tan temprana.

Hola, Will. Bennet me contó que Brooke se vino a la ciudad antes de tiempo y quería saber si llegaron con bien.

—Todo está bien, señor Hitman, se regresó porque intuyó que unos días estaría a punto de forzar sus límites y no quería llegar a ello.

Me hubiera gustado que esta niña obstinada me llamara, pero a veces creo que no ha captado la idea de que no está sola.

—Dígamelo a mí, ni siquiera me llamó, quería venirse conduciendo.

¿Ella sola? —su voz sonó tan sorprendida como cuándo le hice la misma pregunta a Bennet.

—Exacto, Brooke es una mujer muy fuerte y a veces se le hace muy complicado pedir ayuda.

Por favor cuídala, como ya tenías este día pedido por la cita de Brooke usalo completo y cuida bien de tu familia.

"Tu familia" una explosión de emociones me hicieron doler el pecho porque es verdad, ahora todo mi mundo estaba en mi cama, me giré a verla a ella y a su vientre crecido para darme cuenta que esta es mi familia y por fin los tengo conmigo.

—Lo haré, señor Hitman—hubo un breve silencio hasta que casi puedo estar seguro de que sonrió.

Por lo que escucho lo has comprendido, muchacho y estoy feliz por ambos.

Después de eso me rindo por unos minutos y regreso a la cama para acomodarme a su lado, ella aún dormida se gira y acurruca en mi pecho, sí esto es increíble.

Solamente que mi paz no dura mucho.

—¡William! ¡Vamos tarde!—abro los ojos a causa del grito de Brooke—, ¡Treinta minutos!—grita mientras se baja de la cama a tropezones.

Comienza buscar en sus maletas y de pronto estoy siendo atacado aún en mi cama con toda su ropa que llevaba, cuando parece que por fin encontró lo que buscaba toma una toalla y sale corriendo al baño...sin ordenar nada de lo que desacomodó, es una parte linda de ella porque a simple vista se ve como alguien que tiene todo junto, pero estos actos de rebeldía me hacen saber que hay un transfondo que incluso ahora espero conocer en algún momento.

En fin. Me recargo en la cabecera de la cama y comienzo a escuchar cómo me grita desde la regadera. Si uno de nosotros no se toma esto con calma podríamos tener problemas más serios.

—¡No podemos llegar tarde! ¡Y tiene que ser exactamente hoy o no tendremos la cita hasta el mes que sigue! ¡Mueve tu horrible trasero!—grita para terminar. Puedo decir que eso último sí me ofendió y me vi en la necesidad de defender mis perfectas posaderas.

—¡Mi trasero es hermoso no lo ofendas de esa manera!—cinco minutos después entra corriendo a la habitación.

Ahora el que corre soy yo para encerrarme en el baño antes de que me mate por mi último comentario. Con solo diez minutos estoy totalmente listo, ella tiene dos vasos de licuado listos y yo comienzo a beber mi licuado de forma tranquila observando que ella no ha tocado el suyo.

Todo lo que quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora