Brooke
El olor a desinfectante y las paredes inmaculadas me causan escalofríos, después veo el castaño cabello perdido entre las canas de la que una vez fue mi ejemplo a seguir, la mujer que más había amado.
—¡Ya no puedo, Eli!—me rompo abrazando a mi amiga con tanta fuerza que me da miedo lastimarla— No quiero que se vaya, dile que no lo haga.
—Brooke, mi vida—la voz débil de la mujer en la cama del hospital apenas es un susurro—, no me iré jamás, siempre viviré en tu corazón—alcanza mi mano, ven—obediente me acerco a ella—, te amo, hija. Cuando te vi embarazada fue lo más hermoso que he sentido después de convertirme en madre y tenerte aquí en estos momentos... créeme que valió la pena todo lo que ha sucedido.
Siento culpa de que no supe valorar a mi mamá, el dolor me cegó tanto que lo único que quise fue desaparecer de su vida, ya no quería herirla más de ninguna forma así que me alejé y ahora que la estoy perdiendo me arrepiento de todo, de verdad que no quería traerle malos recuerdos con mi presencia.
—Solo promete que los cuidarás—coloca su mano en mi vientre.
—Con mi vida—le respondo cerrando los ojos para contener las lágrimas.
—Brooke, cálmate esto le puede hacer daño a los bebés—volteo y veo a Eli con una expresión de preocupación. Cuando me fui lejos de Miller corrí a brazos de mi amiga, ella me escuchó y viajó conmigo a Londres para ver a mamá.
Me partí la espalda en el periódico para darle el mejor hospedaje en el mejor hospital que atendiera su cáncer, sus heridas... y nada de eso fue suficiente, otra vez yo no fui suficiente.
—¿Cómo te enteraste de mi embarazo?, desde que me llegó ese mensaje tuyo he tenido la duda—quiero cambiar el tema y no pensar en que quizás solo me quedan horas con la mujer que me dio la vida.
—Me mandaron una foto donde estabas en un centro comercial y la enfermera me la mostró, por eso te dije que te veías hermosa, me dolió que no me hallas dicho nada, pero sabía que tus razones tenías. Tu padre sigue pidiéndote dinero ¿Cierto?—en su estado lo más seguro es que no le diga nada. No necesito que se altere más de lo que ya está, veo en sus ojos verdes la inquietud de cuando mi padre estaba a punto de llegar, está asustada, tiene miedo y no puedo culparla, me siento aterrada.
—Ese hombre dejó de molestarme hace mucho, mami—acaricio su cabello. Sentada a su lado observo sus rasgos cansados, la piel tan blanca como el papel y su mirada perdida en algún mundo lejano. El sonido de un celular se escucha, no sé si es el mío no quiero interrupciones solo somos mamá y yo, ella acerca su mano y acaricia mi mejilla.
—No me mientas hija, estaré del otro lado del mundo pero no soy idiota, recuerda que conozco a tu padre casi como la palma de mi mano y digo casi porque llevo años sin verlo.
—¿Te hizo bien estar lejos de él? —mi pregunta sonó un poco sofocada y por unos segundos sus ojos se posaron en los míos.
—Mucho y jamás me permitiste agradecerte, jamás viniste a verme y sé que luchas con tus propios demonios, pero que sepas que cuidaste de tu pobre madre de la mejor forma en que pudiste. Me salvaste, hija, me salvaste cuando era mi deber salvarte a ti.
—No me dejes mamá—suplico con la voz quebrada—, prometo ya no ser una mala hija, perdóname por todo lo que te he hecho, jamás fue mi intención dañarte más. Perdoname.
Es como si regresara a mi infancia cuando ese hombre la golpeaba por mi rebeldía, cada vez que le quería plantar la cara en su lugar él sabía que la única forma de hacerme daño era lastimando a mi mamá, es tanta mi angustia y la culpa que todo me comienza a dar vueltas, incluso siento un leve pinchazo en mi vientre, los hospitales no me gustan, suelen estresarme de más y si no me tranquilizo perderé todo sentido.
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Todo lo que quiero
Storie d'amoreLos Miller #2 Al mujeriego y egocéntrico William Miller le llegó su hora, juegos y bromas no lo son todo. Su destino está cruzado con el de una chica dura y decidida que no solo encontrará la manera de marcar su vida sino que juntos se encargaran d...