—¿¡Amigo!? —Me miró Chris. —Pero, ¿Por qué? ¿Qué no soy lo suficientemente bueno para ti? ¿Qué tengo que hacer?
—Chris...
—Fue una pésima idea. —Dijo Jack. —Ana, sigue siendo un patético... Vamos.
—¡¡Cállate Jack!! —Gritó Chris.
—Adiós, Chris. —Le dije. Lo solté y fui donde Jack.
Chris no está en sus cinco sentidos, es difícil hablar con él así, es mejor hablarle cuando ya todo se haya calmado. Pero estoy de acuerdo con Jack, Chris está mal y necesita estar solo, es lo mejor.
Me fui a mi casa con Jack y entramos a mi habitación, que por cierto, estaba arreglada por primera vez.
—Ana, perdóname, de nuevo. —Dijo Jack acercándose a mi. —Soy un estúpido.
—¿Por qué, Jack?
—¿Cómo deje que te acercaras a él? —Renegó Jack. —Ningún hombre en sus cinco sentidos hubiera dejado que su chica se acercara a otro.
—Yo tampoco lo pude creer.
—Ana, quiero que sepas algo más de mi.
—¿Qué? —Pregunté nerviosa.
—Es sobre Chris.
''¡FUE SU PAREJA!''...
Fue lo único que pensé, pues bueno, no sé, aveces me paso de mal pensada.
—Eh, no sé como decírtelo, es que...
Yo solo miraba muy sorprendida y seguía pensando en que me iba a decir que en un pasado fue gay y él fue su pareja y ahora son rivales porque se volvieron hetero.
—Él es mi primo.
—¿¿¿¡¡¡Qué!!!???
Juro que no lo creí, ¿Primos? No, eso no puede ser, a no ser que este dormida o no sé, Chris y Jack no pueden primos, no, no, no. Me rehúso a creerlo.
—Sí, pero en segundo grado, ni somos tan familia.
—Lo siento, pero no te creo.
—¿Por qué?
—Es que, no te agrada para nada, y ¿Es tu primo? —Respondí con un gesto de sorpresa. —Se supone que debes querer a tu familia.
—Eso no cuenta, yo no convivo con él, es muy lejano para mi.
—Pero, ¿Por qué no te agrada y hasta parece que lo odiaras?
—Es una larga historia, Ana.
—Cuéntame, no tengo prisa.
—Pues, verás... Yo y él cuando estábamos pequeños, solíamos jugar mucho, en la primaria eramos los mejores amigos, pero un día, cuando mi padre se fue de la casa y mi madre empezó a alejarse de su familia, también me alejó a mi. Con eso quiero decir que nos fuimos a vivir a otro país, Turquía.
—Espera, entonces si eran unidos, ¿Qué pasó?
—Pues sí, allá iba. —Continuó Jack. —Mi madre conoció una persona en ese país y se estableció con él, volvimos aquí y ya tenía 12 años. Christian y yo retomamos el tiempo perdido, fueron dos años separados, pero todo comenzó a cambiar cuando entramos a la secundaria.
—Aw. —Comenté.
—Es algo presumido que diga esto, pero siempre fui un poco más simpático que Christian, y siempre que en la secundaria tenía una chica que le atraía me las presentaba y ellas se iban detrás de mi y lo dejaban de buscar a él, por eso tuvimos muchas peleas, lo que él no sabe es que a mi ninguna me llamaba la atención, eran un poco de presumidas que pensaron que caería rendido a sus pies.
—¿O sea que Chris siempre ha pensado que tú lo hacías de aposta?
—Eso creo. —Respondió. —Pero es raro, nunca me gustó una chica en la secundaria, ni en primaria. Mi madre llegó a pensar que era gay. Es vergonzoso, y sí... Pero todo empeoro cuando estaba terminando la secundaria, consiguió una novia, era linda, pero lástima que no tenía cerebro. Ese día había ido al almuerzo que tenía la familia de ella y la de mi primo. Ese día después de almorzar salí a la piscina con mi celular y empecé a jugar, la chica también salió y me entabló conversación; normal, sólo estaba hablando con ella. A la semana siguiente, ella se consiguió mi numero de teléfono y todas mis redes sociales, empezó a acosarme y quería que estuviera con ella, de la otra manera. Christian se dio cuenta y terminé peleando con él. Esa última pelea rebozó la copa, desde ese día ya no lo veo como mi familia, simplemente no es nada para mi. Él cree que todo lo que le pasa en su vida amorosa es por mi culpa.
—Oh, vaya... —Comenté. —Ahora entiendo porque están así.
—Hm, sí.
—¿Y cómo terminaste viviendo en ese motel sí tienes familia aquí?
—Ah, soy un anarquista contra el mando sobre mi.
—Qué rebelde.
—Bueno en parte; yo era un joven muy sano, demasiado, y esa fue mi debilidad, siempre me tomaban del pelo con muchas cosas que nunca supe que eran en ese entonces. La pareja de mi madre era el que más lo hacía, hasta que un día puso a mi madre en mi contra. Mantenía diciendo mentiras de mi y yo no me supe defender, y lo peor era que ya tenía 16 años. fue un mes sin hablar con mi madre, viviendo en el mismo techo. Comencé a escuchar rock y un poco de metal sinfónico, mis mejores amigas. Entré a clases de música y aprendí a tocar la guitarra, el bajo, el violín, el piano y un poco de batería. Cambié mi aspecto, me dejé crecer el cabello, me perforé, me tatué y me volví un rebelde sin causa, claro que ya tenía 17 años. Aprendí todo lo que debía y me fui de la casa y terminé viviendo en ese motel, entré a la universidad, entré a una banda y por aquí sigo.
—Wow, ¿Y no te sientes solo a veces?
—Me sentía.
—¿Eh?
—Cuando te conocí y me terminé encaprichando sólo pensaba en eso, qué decirte, como tratarte, hasta me imaginaba un futuro juntos... y eso que ni llevamos el mes.
—Wow, no sé si eso es bueno o es malo.
—Creo que sí.
ESTÁS LEYENDO
Ana Moon #Wattys2016
Teen FictionLa vida de una chica casual... ¿Casual? Si, la definición de la normalidad es la rareza, ¿Qué? Y ajá, aquí no se trata de comprender. Te invito a descubrir la ''Casual vida'' de una chica de 17 años. Amores, risas, música y algo más, ¡no te lo p...