—Chris, hoy me dí cuenta que Jack y tú son...
—Primos. —Interrumpió. —Sí, eso es cierto.
—No sé que decir... Cuando Jack me lo contó, no le pude creer.
—¿Por qué?
—Es que simplemente no se la llevan como familia.
—Quiero contarte otra pequeña historia que quizá Jack no te contó.
Chris se paró de la silla y comenzó a caminar al rededor de la habitación. Mientras él caminaba yo observaba el lugar. Pude llegar a la conclusión de que Jack y Chris comparten muchos gustos; yo diría que son casi iguales, en la forma de hablar, caminar, mirar, en el parado casi no... Sólo sé que debieron ser muy unidos, pero no entiendo como la vida amorosa de los dos, acabó con su relación.
—Nunca quise que Jack se alejara de mi... Ni de mi tía, ¡Ni de la familia! —Chris se sintió mal, se le notaba. —No supe el porqué se fue de la casa, pero... Pasó el tiempo y lo fui superando, hasta el punto en el que dejó de hablarme y ahora me odia.
—Espera... ¿Tú no estás enojado con él?
—¿Por qué? Si la culpa fue mía... Yo me dejé llevar por mis malas decisiones y él llevó del bulto.
—Él piensa diferente...
—Lo sé, pero no se da cuenta de lo mal que la pasa mi tía, ella lo extraña. Se dio cuenta de todas las mentiras que se inventaba su esposo de Jack y lo dejó; pero se quedó sola, porque no sabe donde está Jack, y no puedo decirle.
—Que mal... —Comenté. —Debe ser triste pelear tantos años.
—Si.
Chris y yo nos quedamos en su casa un gran tiempo, me la mostró y cada vez más, era genial... Él fue muy atento y me regresó a mi casa, llegué y me acosté a dormir.
____________
Amaneció, un día un poco soleado, entré al baño y me arreglé para ir a la universidad, cuando terminé bajé a desayunar, como es de costumbre. Mi madre me recibió con un pequeño pastelillo que llevaba el numero 18 encima.
—¡Feliz cumpleaños, hija!
—¿Hoy es? —La miré feliz para no despreciar su regalo, pero en realidad es el día que más odio. —Gracias mamá.
—Ya mi hija es mayor de edad, ¡Qué felicidad! —Mi madre estaba muy feliz, es el día que más ama. —Aún recuerdo cuando era una bebé.
—Ah, mamá, me llevaré el pastelillo, tengo que salir rápido.
Me terminé de arreglar y salí de mi casa, encendí mi moto y me fui a la universidad. Cuando llegué, me enteré que tengo tres horas libres, no sé que pasó, pero mejor para mi.
No veía a Jack por ningún lado, parece que hoy no va a venir, o bueno, no sé. Tampoco Chris, no veía a ningún conocido por ahí; me recosté en el pasto y cerré los ojos para descansar un rato. Recordé mi primer recital con la orquesta de mi colegio, estaba en séptimo grado y fue la primera vez que toqué el violín en publico, estaba nerviosa, pero me sentí respaldada, porque los vi, mi madre, mi padre y mi hermano, estaba apoyándome para que no me dejara vencer por mis nervios, eso fue justamente en uno de mis cumpleaños, a los 12.
Y... Odio mi cumpleaños, porque precisamente, cuando cumplí los 17, él murió. En realidad, en cada cumpleaños la he pasado mal, o a veces incompleta, exceptuando el numero 12, ese día fue el mejor de todos.
Fui al auditorio musical, donde están todos los instrumentos, podemos tomarlos prestados, pero dentro del auditorio, así que fui. Quise ir a relajarme un rato tocando el violín y trayendo lindos recuerdos a mi memoria.
empecé a interpretar cada nota que fluía, cada nota, era un recuerdo de mi adolescencia hasta mi juventud, cada melodía me erizaba la piel y activaba una parte emocional mía; era como volver a sentirme en mis momentos buenos.
Ya habían pasado las tres horas, fui al salón de nuevo y vi clases, Chris estaba ahí, se sentó a mi lado y me ayudó.
Toda la jornada terminó y no lo vi, genial.
Caminaba por los pasillos para ir al estacionamiento, y me encontré con dos amigas.
—¡Ana! Oh, estas tan linda. —Dijo una de mis amigas.
—Si, ¡Feliz cumpleaños! —Replicó otra.
—Gracias, chicas.
—Y ¿A dónde vas? —Preguntó mi amiga. —Vamos a el bar que está cerca a la universidad.
—Bueno... Está bien.
Fui con ellas hasta el bar donde toca Jack, es lo único que quiero el día de hoy, verlo. Mientras iba de camino, me sentía un poco mal, me sentía un poco cansada, como si no pudiera moverme, parecía más una debilidad.
—¿Te sientes mal, Ana?
—No, tranquila, vamos.
Simplemente no le presté atención a eso, seguí caminando.
Cuando llegamos al bar, no veía a Jack en ningún lado, entonces me resigné, hoy no lo veré, me dije a mi misma. Tomé varios tragos de whisky y fumé un buen rato.
Las 2:40 de la mañana, en el escenario se montó una banda, no los reconocía muy bien.
Un poco de Rock instrumental empezó a sonar, casi 30 minutos, yo ignoré a esa banda, ya estaba un poco ''contenta'' por tantos tragos. Cuando terminó la presentación...
—Bueno, quisiera pedir dos minutos el escenario. —La voz de Jack.
—¿Jack? —Susurré.
—Quisiera primero que todo, desearte un feliz cumpleaños, Ana. —Dijo Jack mirándome muy feliz. —Vamos chicos.
Empezó a sonar el feliz cumpleaños en batería, bajo y guitarra. Jack empezó a cantarme el feliz cumpleaños y las personas lo seguía con las palmas.
Me sentí tan feliz, él me sonreía mientras los cantaba y las personas me miraban, es tan lindo.
De repente empecé a sentirme mareada, y mal, me sentía como si tuviera fiebre. Me senté en un asiento que tenía cerca. Mis amigas se acercaron.
—Ana, ¿Estás bien?
—Si, estoy bien, tranquilas.
Cuando Jack terminó se acercó a mi y me dio un abrazo y me felicito. Notó mi cara, me miró extrañado.
—¿Qué te pasa, Ana?
—No, nada, enserio estoy bien, debe de ser por los tragos que he tomado.
—Ojalá, pero tranquila, cariño, yo estaré contigo.
—Eso es más que suficiente.
Jack pidió cerveza y se puso a tomar conmigo, pero yo ya no lo estaba haciendo porque me sentía mal en realidad.
En un momento sentí como me dolía la naríz, me tape la boca y la naríz y salí corriendo al baño. Cerré la puerta con seguro y me destapé la cara, tenía mi cara llena de sangre, salía y salía por mi naríz, fue tan rápido mi acción de tomar papel higiénico y limpiarme, hasta que pude detener un poco el sangrado, me eché agua y salí del baño.
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Ana Moon #Wattys2016
Teen FictionLa vida de una chica casual... ¿Casual? Si, la definición de la normalidad es la rareza, ¿Qué? Y ajá, aquí no se trata de comprender. Te invito a descubrir la ''Casual vida'' de una chica de 17 años. Amores, risas, música y algo más, ¡no te lo p...